Resulta difícil
analizar lo ocurrido el último sábado entre Toco y Central Ezeiza. Lo primero
es que se perdió. Contra un rival que venía de tres derrotas seguidas, que
había hecho un solo gol en el torneo. Eso es devastador porque el equipo
rojinegro venía haciendo muy bien las cosas, con entrega, orden, presión y
solidaridad se había erigido como un equipo duro, sólido, compacto,
invulnerable en su propia meta y con un alto grado de oportunismo en el arco
contrario. Paradójicamente, todo salió al revés: el equipo fue débil en
defensa, dio muchas ventajas en la marca y a la hora de concretar falló más de
lo que acertó.
También es oportuno
remarcar que todo sentido colectivo se respalda en lo individual. Toco venía
mostrando algunos niveles individuales muy altos, sobre todo en la faz
defensiva dónde el Gordo se mostraba como el líder de una resistencia que
parecía inexpugnable. Pero esta vez el mítico golero tuvo una tarde para el
olvido, y el equipo lo sintió.
Dicho esto, el partido
no resiste un análisis lógico. Fue una tarde desafortunada. Ocurrieron cosas
inexplicables: un gol en contra luego de una serie de rebotes, un empate
oportuno gracias a la gestión del incansable Pachu, un gol de media cancha en
el saque luego de ese empate y luego dos tantos en contra que fueron muy
parecidos uno con el otro. En ese ínterin, entre el tercer y cuarto gol de
Central Ezeiza, Toco tuvo no menos de 5 situaciones de gol para ponerse
nuevamente en el marcador, pero entre la impericia propia y las virtudes del
golero rival, no pudo ser.
Con un 1-4 que parecía
inapelable Toco salió, en el complemento, a buscar un empate con tintes
heroicos. A los 2 minutos marcó el 2-4, pero acto seguido un tiro libre desde
el borde del área decretó el 2-5 y el final del partido, aunque quedaban por
jugar más de 20 minutos. Solamente sirvió para un sexto gol de Central Ezeiza
(parecido al tercero y al cuarto) y una palomita al gol de Guille que sirvió
sólo para decorar el marcador.
No mucho más para
rescatar. Una derrota sorpresiva, no por el hecho de perder, sino por la forma.
Porque se hipotecó el mejor capital de este equipo: el activo del orden, la
perseverancia, la solidaridad, la agresividad y la violencia desmedida.
Solamente queda dar vuelta la página, volver a la senda de los tres primeros
partidos y pregonar por la vuelta a la victoria.
Gordo. 1. Venía siendo
el mejor jugador del equipo y quizás del torneo. Gran responsable de los 7
puntos obtenidos hasta la fecha, tuvo un partido para el olvido. Responsable en
varios de los 6 goles, no pudo entrar nunca en partido, ni mostrar su sobriedad
habitual. Punto final y a dar vuelta la página.
Fabri. 4. Si bien tuvo
algunas proyecciones interesantes y algunos pelotazos más que picantes, falló
mucho en la marca, sobre todo en el primer tiempo, cuando dos de los 4 goles
vinieron por su sector. En el complemento, mejoró un poco y asistió a Guille en
el 3-6 definitivo.
Junior. 4. Con algunas
dudas poco habituales en El, quizás no tuvo errores puntuales pero los 6 goles
en contra le baja la puntuación.
Gonza. 4. Alternó
buenas y malas. Un buen cruce por izquierda en el primer tiempo y algunas mala
entregas en las salidas.
Ema. 4. Al igual que
Junior, no tuvo muchos errores puntuales pero los 6 goles en contra lo dejan
expuesto en lo que al puntaje se refiere. Buenos pelotazos cruzados en pelota
parada.
Abuelo. 4. En la marca
sufrió mucho con el ataque constante por la derecha propia (izquierda rival).
Aportó algún que otro toque de distinción en el circuito de juego.
Guille. 4.
Defensivamente aportó poco, perdió individualmente con cualquier jugador que
pasó por su sector, siendo notoria la total deficiencia ante el “pelado” que la
rompió. Aportó en ofensiva con un gol y un tiro algo débil que le contuvo el
arquero en el primer tiempo.
Tute. 4. Al igual que
el resto de sus compañeros, fracasó en el asepecto defensivo: no realizó buenas
coberturas ni anticipos ni las marcas férreas que lo caracterizan. Bien ejecutado el penal.
Charly. 5. Algunas muy
buenas jugadas, con su sello “a todo potrero”. No se animó a patear en dos o
tres jugadas que la jugada pedía remate franco y decidió por hacer una gambeta
o un pase.
Kiko. 4. Inteligente
para moverse por todo el frente de ataque, preocupó a los defensores rivales
con su movilidad pero tuvo dos chances inmejorables para marcar y no se le dio.
Pachu. 7. El mejor
jugador del equipo. No sólo por su gol y un gran remate de afuera del área,
sino porque fue indescifrable para los oponentes. Se lo ve cada partido mejor,
más participativo y con mucho oportunismo.
Jimmy. 5. Le tocó ser
suplente por la rotación ideada por los técnicos, entró en el segundo tiempo y
fue peligroso en los desbordes y bastante firme en la marca. Por su juventud,
destreza y capacidad aeróbica pareciera que debería tener un lugar asegurado en
el once inicial.
Nico. 6. Al igual que
Jimmy le tocó arrancar de afuera en el partido. Ingresó esta vez no como
lateral sino como un wing izquierdo y fue muy peligroso con sus desbordes y
centros. Uno de los mejores argumentos ofensivos del equipo en el complemento.
Leo. 6. Buenos
movimientos, astucia para fabricar un penal (espero al defensor rival que se lo
llevó puesto sin ninguna contemplación) y sendos cabezazos que fueron muy bien
resueltos por el golero rival. Buen partido.
Sapo. 5. Como
delantero tuvo poca participación, aunque preocupó con sus desmarques que
generaron espacios en la última línea rival. No se le computaron remates al
arco.
Martín. 5. La pausa, el talento, la creatividad del planillero puesto al servicio del equipo. Hizo algunas cositas interesantes pero no tuvo la gravitación de otros partidos.
Martín. 5. La pausa, el talento, la creatividad del planillero puesto al servicio del equipo. Hizo algunas cositas interesantes pero no tuvo la gravitación de otros partidos.