No pudo ser este el día del tan ansiado triunfo. Hubo todo: camisetas nuevas, fuegos de artificio, cumpleaños del hincha más radicalizado de la barra brava, expectativa, emoción. Pero en esto del fútbol volvió a faltar la esencia y nos volvimos a quedar sin nada. Cuando me refiero a la esencia, no me refiero a todo lo externo que rodea al juego. La gente está entusiasmada, y se nota en la banda cada vez más seguidora que sigue a este equipo. Entre hinchas, jugadores, jugadores lesionados, allegados, etc., siempre somos no menos de 18 personas, pero algo está fallado, y lo que falla es equipo que juega, no sólo a nivel individual, sino mucho más a nivel colectivo.
Es cierto que nos vienen faltando algunos jugadores claves y las viejas estrellas de antaño, que ya no están entre nosotros. Pero aún así, seguimos en deuda en lo que es referido al equipo. En el viejo juego entre las individuales y el conjunto son complementarias: sin individualidades buena no hay un conjunto bueno, pero al no tener buenas piezas, al menos es necesario poder armar un rompecabezas flojo que es hoy por hoy Toco y me voy.
El primer tiempo creo que fueron los peores 40 minutos del campeonato. Con una incapacidad asombrosa para hacer dos pases seguidos, el equipo fue superado por un rival muy débil. Tan débil que no pudieron aprovechar nuestros peores 40 minutos del año. En consecuencia, se vio un partido muy mediocre, con dos equipos que equivocaban los caminos una y otra vez. Es más, para ser mas detallista, no registro una situación de gol por bando, a lo largo de ese primer período.
Para el segundo tiempo se buscó revertir la imagen tan pálida. Se dejó de lado los 3 delanteros (desconectados al tener un volante central como Toti que pueda llevar la pelota hasta la misma puerta de área) para apostar a una formación más tradicional, para recuperar el orden perdido. Fue una buena movida. Ya en las dos primeras jugadas se mostraba algo diferente: un caño de Pacho que hizo estremecer la grada, y una conexión Abuelo-Kiko, que este termino de forma desacertada, con un débil remate de zurda. Parecía que Toco iba a tomar las riendas del partido, pero, nuevamente una falla defensiva, permitió al número 5 rival, entrar con la tranquilidad con la que se debe mover en el baño de su casa, a nuestra área y lo demás fue tan bizarro como real: remate mordido, una bola lenta que atraviesa toda el área, y el 11 la empuja, ante el desesperado cierre del Lateral Corrupto, que esta vez no pudo vestirse de héroe.
0-1. Desazón, tristeza, pero con el ímpetu para ir a buscar el empate. No era imposible, no estábamos jugando contra el San Pablo de Telé Santana, Raí y Palinha. Así que, con la vergüenza de querer regalarle al menos un empate a su público, Toco fue a buscar el empate. Con ganas y con el ingreso del Loro, luego de su lesión, como una especie de icono espiritual para volver a dar alegría. Y lo tuvo el bombardero Alemán, en la primera pelota que tocó, corrida interminable, maravillosa, que presagiaba final feliz, pero el bombazo fue rechazado por un arquero similar a Martinez Gullota, con 20 kilos de más. Como dicen los sabios: “cuando alguien tiene cara de hijo de puta, no lo dudes, lo es”.
Después hubo tres o cuatro aproximaciones con peligro. Una buena del Pony, encarando desde la derecha hacia la izquierda, y un remate con zurda que se fue arriba del travesaño. Con la expulsión de Pachu, ante una provocación y una reacción infantil, Toco volvió a sentir que podía lograr un empate que ahora tendría tintes heroicos. Con Angel como encabezado, contagiando sus ganas. Pero evidentemente el veterano defensor no puede ser el único icono de una levantada y detrás de sus buenas intenciones, se vio reflejado la incapacidad de Toco para conseguir la igualdad.
En conclusión, se volvió a cosechar una derrota. Estamos en mala racha, también es cierto. A veces no se cosecha lo que se siembra, o lo que se intenta sembrar. Y a veces se logra más de lo que se tiene. Así es el fútbol. Un estado de ánimo. Al equipo se lo ves desmotivado dentro de la cancha, sin respuesta ni en colectivo ni en lo individual. Pasaron 3 fechas, nada se ha conseguido. ¿Es hora de dar un golpe de timón?. Seguramente, se debatirá en la semana.
Puntajes.
Gordo. 5. No tuvo mucha exigencia, ni ninguna acción determinante, ni responsabilidad en los goles. Aportó sacando un tiro libre, que se venía complicando, bien simple al corner. Después intentó desnivelar con su pegada, pero no pudo.
Cobany. 5. Prolijo en la marca, tampoco estuvo muy exigido, aunque mostró falencias para marcar al 11 rival, un delantero tosco, grandote y mañoso, que lo engañó utilizando el cuerpo durante toda la tarde. Tuvo ganas para proyectarse, pero volvió a ser repetitivo en sus escaladas, quitándole el factor sorpresa a las mismas.
Tute. 5. Tampoco fue muy exigido, pero las pocas pelotas que le llegaron resolvió sin complicarse, por arriba y por abajo. Sólo una falló, en la jugada previa al gol rival. Volvió a jugar en un puesto dónde hacia mucho que no jugaba, lo cual repercutió en su rendimiento.
Angel. 6. Sólido, Correcto. Solamente una jugada bastante desafortunada en el primer tiempo, intentando rechazar una pelota hacia el centro del área, justamente en contra de los manuales que rigen al fútbol. Después de ese error, se fue consolidando, para terminar con la lanza en la mano y una morcilla entre los dientes, buscando desesperado el empate. No alcanzó.
Jimmy. 7. La figura del equipo. Arrancó con algunas dudas con la pelota en los pies. Quizás porque la banda izquierda es nueva para él. Pero una vez que se asentó, se consolidó como el mejor jugador del equipo. Como dicen los diarios: “de menor a mayor”. Su segundo tiempo fue realmente bueno, anticipando, marcando con fuerza y destreza, además nunca se escondió para ser salida, en los momentos en donde la pelota quemada. Teniendo en cuenta que estamos más cerca del comienzo del invierno que del final del verano, su bronceado sigue sorprendiendo, levantando el murmullo de los pibes sobre el origen del mismo.
Berty. 6. Tuvo 40 minutos como volante derecho. Lo intentó, se lo vio con una figura esbelta, pero también se lo notó algo falto de fútbol. Igualmente, no suyo no fue malo: colaboró con la marca, intentó recuperar la pelota y sorprender con sus pases largos. Agotado, se quedó en el vestuario para el segundo tiempo.
Guille. 6. La vuelta de este jugador batallador al mediocampo. Ya no tiene el despliegue de antaño, su edad se nota no sólo en su aspecto sino también en su forma de jugar. Más tranquilo, más sereno, marcando menos e intentando tocar más corto y prolijo. Quizás el equipo con 3 delanteros definidos pedía otra cosa: un mediocampista central, con más recorrido, con más traslado. Él ya no está para eso.
Pachu. 4. El primer tiempo creo que no merece ni comentarse. A pesar de ser el jugador, hoy por hoy, más desequilibrante del equipo, estuvo desconectado. Quizás perjudicado por su posición en la cancha, lejos de la zona caliente del juego, su eléctrico dribbling, pierde efectividad. Tampoco pudo ser preciso en los pases. Para el segundo tiempo, ya más definido como volante ofensivo, mostró movilidad y ganas de asociarse, hasta que una reacción infantil, lo dejó sin partido cuando había mucho por hacer.
Abuelo. 5. En el primer tiempo estuvo desconectado como delantero derecho. Como a otros jugadores la raya le da vuelo, a él lo encarcela. Intentó, sin embargo, colaborar en defensa, ayudando y siendo laborioso. En el segundo tiempo, con más campo, tuvo otro actitud y panorama, destacándose el pase que le metió a Kiko arrancando el segundo tiempo.
Kiko. 5. No le podemos discutir sus ganas y movilidad. Picó hasta que le dio la nafta, mostrándose como auxilio de todos sus compañeros. Sus movimientos fueron buenos: cuando la jugada pedía juego corto, bajaba y se asociaba, cuando la jugada pedía pelota larga, se mostraba con sus comentadas diagonales. En teoría, todo perfecto, pero en la práctica no fue lo mismo: no estuvo preciso de espaldas al arco como en otros partidos y las pocas chances que tuvo no las pudo terminar de la mejor manera.
Eber. 5. En el primer tiempo casi no la tocó. Recostado por izquierda, entró en la mediocridad que ofreció todo el equipo. En el segundo tiempo, ya como volante, intentó desnivelar con su velocidad cada vez que pudo. Le cuesta encontrar gente con quién asociarse y que le proponga juego corto, que es el que más cómodo le sienta. Su mejor acción fue una jugada que arrancó a lo Messi, encarando de la derecha para la izquierda, pero que terminó…a lo Pony.
Mauro. 6. El hombre de las mil labores. En sus ratos libres abre autos Fiat, le corta las plantas a la comisión y trafica tijeras de podar. Después se viste de jugador de fútbol e intenta desequilibrar tirado a la derecha. Entró bien. Luego de su último partido que terminó con una expulsión, volvió a jugar tranquilo, aplomado. Y, obviamente, jugó bien. Intentando tocar, dando la pelota redonda al pie y siendo simple para jugar. Algo que está faltando mucho en Toco.
Loro. 6. Cuando entró el icono de la hinchada y el ídolo máximo de Lavezzi, la parcialidad explotó. Era la vuelta del único jugador que puede ofrecer algo salido de contexto y la gente estaba muy contenta. Y lo que hubiese sido si metía el empate en la primera jugada que tuvo. Pero no pudo ser, y la barra brava se quedó sedienta de violencia, fuegos artificiales y muerte. Después mostró destellos de su habilidad, aunque se lo nota falto de fútbol.
Los Borrachos del Tractor. 10. Compuesta por “una pierna de podris” (Parra, Lavezzi y Junior), la barra brava volvió a ser la figura de la cancha. Ya desde primer momento tuvieron problemas con la ley, cuando un agente de seguridad le pidió que tiren petardos lejos de las antenas de radio militar. Fue un momento tenso, y cuando parecía que venía la violencia sin fin, Parra paró a los suyos de una verdadera masacre. El recibimiento fue emocionante: un festival de fuegos artificiales en donde hubo una comunión fáctica entre jugadores e hinchas. Durante el partido se los vieron atentos. Me sorprendió la presencia de 3 Fernets Comunitarios, cuando ¡¡¡los barras eran 3!!!. En el segundo tiempo, visiblemente afectados por el alcohol y la 
derrota del equipo, mostraron su peor versión: discusión, agite, desazón, defendiendo su bandera de la acusación de ser causa de la mala suerte del equipo. y un bochornoso final tirándole petardos a un juez de línea de otra canchas. Sin estos borrachos, Toco no sería nada.
Es cierto que nos vienen faltando algunos jugadores claves y las viejas estrellas de antaño, que ya no están entre nosotros. Pero aún así, seguimos en deuda en lo que es referido al equipo. En el viejo juego entre las individuales y el conjunto son complementarias: sin individualidades buena no hay un conjunto bueno, pero al no tener buenas piezas, al menos es necesario poder armar un rompecabezas flojo que es hoy por hoy Toco y me voy.
El primer tiempo creo que fueron los peores 40 minutos del campeonato. Con una incapacidad asombrosa para hacer dos pases seguidos, el equipo fue superado por un rival muy débil. Tan débil que no pudieron aprovechar nuestros peores 40 minutos del año. En consecuencia, se vio un partido muy mediocre, con dos equipos que equivocaban los caminos una y otra vez. Es más, para ser mas detallista, no registro una situación de gol por bando, a lo largo de ese primer período.
Para el segundo tiempo se buscó revertir la imagen tan pálida. Se dejó de lado los 3 delanteros (desconectados al tener un volante central como Toti que pueda llevar la pelota hasta la misma puerta de área) para apostar a una formación más tradicional, para recuperar el orden perdido. Fue una buena movida. Ya en las dos primeras jugadas se mostraba algo diferente: un caño de Pacho que hizo estremecer la grada, y una conexión Abuelo-Kiko, que este termino de forma desacertada, con un débil remate de zurda. Parecía que Toco iba a tomar las riendas del partido, pero, nuevamente una falla defensiva, permitió al número 5 rival, entrar con la tranquilidad con la que se debe mover en el baño de su casa, a nuestra área y lo demás fue tan bizarro como real: remate mordido, una bola lenta que atraviesa toda el área, y el 11 la empuja, ante el desesperado cierre del Lateral Corrupto, que esta vez no pudo vestirse de héroe.
0-1. Desazón, tristeza, pero con el ímpetu para ir a buscar el empate. No era imposible, no estábamos jugando contra el San Pablo de Telé Santana, Raí y Palinha. Así que, con la vergüenza de querer regalarle al menos un empate a su público, Toco fue a buscar el empate. Con ganas y con el ingreso del Loro, luego de su lesión, como una especie de icono espiritual para volver a dar alegría. Y lo tuvo el bombardero Alemán, en la primera pelota que tocó, corrida interminable, maravillosa, que presagiaba final feliz, pero el bombazo fue rechazado por un arquero similar a Martinez Gullota, con 20 kilos de más. Como dicen los sabios: “cuando alguien tiene cara de hijo de puta, no lo dudes, lo es”.
Después hubo tres o cuatro aproximaciones con peligro. Una buena del Pony, encarando desde la derecha hacia la izquierda, y un remate con zurda que se fue arriba del travesaño. Con la expulsión de Pachu, ante una provocación y una reacción infantil, Toco volvió a sentir que podía lograr un empate que ahora tendría tintes heroicos. Con Angel como encabezado, contagiando sus ganas. Pero evidentemente el veterano defensor no puede ser el único icono de una levantada y detrás de sus buenas intenciones, se vio reflejado la incapacidad de Toco para conseguir la igualdad.
En conclusión, se volvió a cosechar una derrota. Estamos en mala racha, también es cierto. A veces no se cosecha lo que se siembra, o lo que se intenta sembrar. Y a veces se logra más de lo que se tiene. Así es el fútbol. Un estado de ánimo. Al equipo se lo ves desmotivado dentro de la cancha, sin respuesta ni en colectivo ni en lo individual. Pasaron 3 fechas, nada se ha conseguido. ¿Es hora de dar un golpe de timón?. Seguramente, se debatirá en la semana.
Puntajes.
Gordo. 5. No tuvo mucha exigencia, ni ninguna acción determinante, ni responsabilidad en los goles. Aportó sacando un tiro libre, que se venía complicando, bien simple al corner. Después intentó desnivelar con su pegada, pero no pudo.
Cobany. 5. Prolijo en la marca, tampoco estuvo muy exigido, aunque mostró falencias para marcar al 11 rival, un delantero tosco, grandote y mañoso, que lo engañó utilizando el cuerpo durante toda la tarde. Tuvo ganas para proyectarse, pero volvió a ser repetitivo en sus escaladas, quitándole el factor sorpresa a las mismas.
Tute. 5. Tampoco fue muy exigido, pero las pocas pelotas que le llegaron resolvió sin complicarse, por arriba y por abajo. Sólo una falló, en la jugada previa al gol rival. Volvió a jugar en un puesto dónde hacia mucho que no jugaba, lo cual repercutió en su rendimiento.
Angel. 6. Sólido, Correcto. Solamente una jugada bastante desafortunada en el primer tiempo, intentando rechazar una pelota hacia el centro del área, justamente en contra de los manuales que rigen al fútbol. Después de ese error, se fue consolidando, para terminar con la lanza en la mano y una morcilla entre los dientes, buscando desesperado el empate. No alcanzó.
Jimmy. 7. La figura del equipo. Arrancó con algunas dudas con la pelota en los pies. Quizás porque la banda izquierda es nueva para él. Pero una vez que se asentó, se consolidó como el mejor jugador del equipo. Como dicen los diarios: “de menor a mayor”. Su segundo tiempo fue realmente bueno, anticipando, marcando con fuerza y destreza, además nunca se escondió para ser salida, en los momentos en donde la pelota quemada. Teniendo en cuenta que estamos más cerca del comienzo del invierno que del final del verano, su bronceado sigue sorprendiendo, levantando el murmullo de los pibes sobre el origen del mismo.Berty. 6. Tuvo 40 minutos como volante derecho. Lo intentó, se lo vio con una figura esbelta, pero también se lo notó algo falto de fútbol. Igualmente, no suyo no fue malo: colaboró con la marca, intentó recuperar la pelota y sorprender con sus pases largos. Agotado, se quedó en el vestuario para el segundo tiempo.
Guille. 6. La vuelta de este jugador batallador al mediocampo. Ya no tiene el despliegue de antaño, su edad se nota no sólo en su aspecto sino también en su forma de jugar. Más tranquilo, más sereno, marcando menos e intentando tocar más corto y prolijo. Quizás el equipo con 3 delanteros definidos pedía otra cosa: un mediocampista central, con más recorrido, con más traslado. Él ya no está para eso.
Pachu. 4. El primer tiempo creo que no merece ni comentarse. A pesar de ser el jugador, hoy por hoy, más desequilibrante del equipo, estuvo desconectado. Quizás perjudicado por su posición en la cancha, lejos de la zona caliente del juego, su eléctrico dribbling, pierde efectividad. Tampoco pudo ser preciso en los pases. Para el segundo tiempo, ya más definido como volante ofensivo, mostró movilidad y ganas de asociarse, hasta que una reacción infantil, lo dejó sin partido cuando había mucho por hacer.
Abuelo. 5. En el primer tiempo estuvo desconectado como delantero derecho. Como a otros jugadores la raya le da vuelo, a él lo encarcela. Intentó, sin embargo, colaborar en defensa, ayudando y siendo laborioso. En el segundo tiempo, con más campo, tuvo otro actitud y panorama, destacándose el pase que le metió a Kiko arrancando el segundo tiempo.
Kiko. 5. No le podemos discutir sus ganas y movilidad. Picó hasta que le dio la nafta, mostrándose como auxilio de todos sus compañeros. Sus movimientos fueron buenos: cuando la jugada pedía juego corto, bajaba y se asociaba, cuando la jugada pedía pelota larga, se mostraba con sus comentadas diagonales. En teoría, todo perfecto, pero en la práctica no fue lo mismo: no estuvo preciso de espaldas al arco como en otros partidos y las pocas chances que tuvo no las pudo terminar de la mejor manera.
Eber. 5. En el primer tiempo casi no la tocó. Recostado por izquierda, entró en la mediocridad que ofreció todo el equipo. En el segundo tiempo, ya como volante, intentó desnivelar con su velocidad cada vez que pudo. Le cuesta encontrar gente con quién asociarse y que le proponga juego corto, que es el que más cómodo le sienta. Su mejor acción fue una jugada que arrancó a lo Messi, encarando de la derecha para la izquierda, pero que terminó…a lo Pony.
Mauro. 6. El hombre de las mil labores. En sus ratos libres abre autos Fiat, le corta las plantas a la comisión y trafica tijeras de podar. Después se viste de jugador de fútbol e intenta desequilibrar tirado a la derecha. Entró bien. Luego de su último partido que terminó con una expulsión, volvió a jugar tranquilo, aplomado. Y, obviamente, jugó bien. Intentando tocar, dando la pelota redonda al pie y siendo simple para jugar. Algo que está faltando mucho en Toco.
Loro. 6. Cuando entró el icono de la hinchada y el ídolo máximo de Lavezzi, la parcialidad explotó. Era la vuelta del único jugador que puede ofrecer algo salido de contexto y la gente estaba muy contenta. Y lo que hubiese sido si metía el empate en la primera jugada que tuvo. Pero no pudo ser, y la barra brava se quedó sedienta de violencia, fuegos artificiales y muerte. Después mostró destellos de su habilidad, aunque se lo nota falto de fútbol.
Los Borrachos del Tractor. 10. Compuesta por “una pierna de podris” (Parra, Lavezzi y Junior), la barra brava volvió a ser la figura de la cancha. Ya desde primer momento tuvieron problemas con la ley, cuando un agente de seguridad le pidió que tiren petardos lejos de las antenas de radio militar. Fue un momento tenso, y cuando parecía que venía la violencia sin fin, Parra paró a los suyos de una verdadera masacre. El recibimiento fue emocionante: un festival de fuegos artificiales en donde hubo una comunión fáctica entre jugadores e hinchas. Durante el partido se los vieron atentos. Me sorprendió la presencia de 3 Fernets Comunitarios, cuando ¡¡¡los barras eran 3!!!. En el segundo tiempo, visiblemente afectados por el alcohol y la 
derrota del equipo, mostraron su peor versión: discusión, agite, desazón, defendiendo su bandera de la acusación de ser causa de la mala suerte del equipo. y un bochornoso final tirándole petardos a un juez de línea de otra canchas. Sin estos borrachos, Toco no sería nada.
