12 de abril de 2015

Apertura 2015. 2da Fecha. Toco 1 - Liverpool 0

Felicidad, euforia, alegría, júbilo. Todas las sensaciones sentidas y vividas por la gente de Toco luego de este histórico triunfo ante Liverpool, un clásico, con el cual se han disputado batallas legendarias, en las que nos ha tocado irnos muchas veces derrotados, pero las cuales se han vengado en este partido inolvidable. Un partido que será inmemorial por muchas razones: la forma (no siempre se gana con un gol en el ocaso del partido) y la necesidad que tenía el grupo de conseguir un triunfo, que avale el cambio de actitud propuesto para el 2015, el que de a poco se va traduciendo en buenas performances que acarran resultados muy satisfactorios para toda la gente.

La mayor virtud de Toco (y por la que al fin y al cabo logró la victoria) fue porque el equipo ejecutó lo planificado. Se sabía de antemano que para lograr la victoria había que impedir que Liverpool juegue "cómodo": defender desde la delantera hasta la defensa, como un bloque, tapar las bandas y a la hora de jugar, aprovechar que enfrentabamos a un equipo que suele jugar con su última línea bastante adelantada, y tratar de ser peligroso a través de pelotazos cruzados, de esos que duelen. Toco tuvo la virtud de cumplir a rajatabla con lo ideado: Pachu y Kiko fueron los primeros defensores, Jimmy-Fabri y Tute-Nico se multiplicaron para bloquear las bandas y el resto se preocuparon por jugar con las ganas, el despliegue y la concentración requerida para este tipo de encuentros.

Así, Toco fue llevando a su rival a la confusión. Una tela de araña pegajosa, resistente, confiable a la cual Liverpool nunca pudo interpretar como desasnar. Por contrapartida, Toco preocupaba con contragolpes bien armados, pero no siempre bien definidos. El equipo fallaba únicamente en la puntada final, dónde, ya sea por impericia o mala suerte, siempre "faltaban cinco para el peso".

En el complemento, el argumento fue más de lo mismo, pero el calor ya empezaba a curtir en el físico de los jugadores de ambos equipos. Liverpool lo intentó cambiando la totalidad de su delantera, pero la última línea de Toco siguió dando las garantías del caso. No se sacaban ventajas, como esos dos viejos peleadores que se conocen tanto que no se animan a tomar la iniciativa por miedo a no poder soportar el contragolpe.

Pero, con el tiempo cumplido y jugandose el descuento, cuando parecía que el partido iba directamente a un empate sin goles, sucedió lo que el pueblo rojinegro esperaba: un contragolpe bien iniciado por Kiko por izquierda, continuado por Pachu para la subida de Fabri por derecha, una serie de rebotes, un centro al corazón del área y la aparición fantasmal del Sapo para mandar la pelota al fondo de la red y desatar el grito alocado de la parcialidad. Los jugadores rojinegros se agolparon en una montaña humana, celebrando el tanto que le daba la victoria, el gol que sirve para escribir una página más en este hermoso cuento de fútbol que hemos escrito entre todos desde el 2001, cuando abrumados por la crisis económica y el fin del modelo neoliberal que tantos viajes al exterior nos había permitido, decidimos por conformar este equipo de fútbol que tantas alegrías nos ha dado desde entonces.

Todo felicidad, desde que el Sapo tuvo la magistral idea de meter la pelota en meta de Liverpool, hasta este momento, en el cual he decidido sentarme a tratar de rememorar esta victoria tan importante como festejada. Uno de esos partidos que nunca se olvidarán, y que le contaremos a nuestros hijos como si se tratase de una de las gestas más importantes de la historia del fútbol mundial. No hay nada para agregar, solo resta seguir festejando, disfrutando de este fin de semana que el destino y Toco no han regalado. Solo resta decir Gracias, gracias de todo corazón (pintado de rojinegro).

Puntajes.

Gordo. 7. Con la regularidad de siempre. No tuvo que revolcarse mucho, aunque todos los intentos de Liverpool lo encontró siempre bien ubicado y muy atinado.

Jimmy. 7. Inexpugnable por su punta, armando un bloque muy sólido con Fabri en la derecha. Tuvo algunas proyecciones interesantes, pero en las que terminó centralizando mucho el juego.

Junior. 7. En duda hasta último momento, no se sabía nada de su paradero. Pero gracias a Dios se hizo presente para dotar de toda su jerarquía a la defensa.

Angel. 8. Una de los puntos altos en el equipo. ¿Que decir de este emblema?. Viviendo una segunda pubertad, el crédito de la calle Riglos responde tanto adentro como afuera de la cancha. En el "field" otorga una imagen de zaguero recio, mientras que afuera de la cancha levanta los suspiros de la platea femenina cuando lo ven subirse al parlante de cualquier boliche de moda. 24hs luego de la finalización del encuentro debe seguir festejando.

Tute. 7. De menor a mayor. Empezó con algunas dudas, después se acomodó mejor como volante por izquierda y cuando ingresó de 4 sobre el final del partido, mostró su mejor versión, siendo impasable por su punta.

Fabri. 7. Mostró parte de su mejor repertorio y volvió a ser aquel volante derecho que cautivó a los fanáticos del fútbol con despligue, dinámica y mucho amor propio. Llegó varias veces a posición de ataque, no siempre tuvo las mejores resoluciones, hasta que se puso el traje de partenarie para asistir al Sapo en el agónico gol de la victoria.

Guille. 7. Luego de un 2014 en dónde parecía haber perdido el rumbo, el capitán del equipo volvió al nivel que la exigente parcialidad rojinegra le estaba solicitando. Entrega, tesón, inteligencia táctica, se cansó de perseguir rivales durante los 80 minutos que duró el partido y si bien muchas veces no pudo quitar por su cuenta, ayudó para dejarselos "livianitos" a la defensa.

Nico. 8. Otro de los puntos altos entre muy buenas actuaciones individuales. Fue el motor del equipo por la punta izquierda, con un ida y vuelta impresionante. Su despliegue fue tal que hasta el "joven Angel" le tuvo que pedir por favor que pare un poco de correr, que no le podía seguir el ritmo, que se tradujo en un rifirrafe de medio de partido. En el segundo tiempo, ya como lateral izquierdo, fue decididamente inexpugnable.

Tincho. 7. La pausa justa, la entrega precisa. Volvió a ser un puntal determinante en el equipo, jugando con claridad y sencillez. Responsable del buen trato de pelota que tuvo el equipo durante el primer tiempo, en dónde estuvo muy atinado con los pases, tanto cortos como largos. En el complemento siguió con la misma semblanza, hasta que salió reemplazado y ovacionado por la afición.

Kiko. 8. El tercer punto del podio de los mejores jugadores del equipo, junto con los jóvenes Angel y Nico. Su desempeño como delantero fue extraordinario. Tácticamente fue el jugador más importante del equipo, porque con sus mañas y sus movimientos en diagonal, cual alfil del ajedrez, preocupó a toda la defensa de Liverpool por igual. Sólo le faltó estar más precisos en los dos o tres tiros francos que tuvo sobre la portería contraria. Cuando había sido reemplazado y parecía que su partido terminaba, volvió a ingresar para ser determinante, iniciando la jugada del tercer gol.

Pachu. 7. La vuelta del legendario Pibe Diaz, aquel delantero intrépido y goleador, que supo se indisciplinado pero ahora se ha convertido en un atleta incansable, con articulaciones algo machucadas pero con muchas ganas de progresar en la vida. Fue una pesadilla para la defensa rival, entendiéndose muy bien con Kiko. Solamente se apresuró dos o tres veces cuando tenía la posiblidad de decidir de cara al gol, pero a pesar de ello su actuación fue irreprochable.

Abuelo.7. El más carismático de los jugadores que alguna vez vistió la camiseta de Toco. Entró a la cancha en el momento más picante del partido, y se metió rapidamente en el asunto, ayudando a Nico con el bloqueo de la zona izquierda de la defensa. Para destacar su gran cabezazo en defensiva, donde mostró un gesto técnico propio de un bailarín clásico.

Sapo. 7. A nadie le importa que haya ingresado algo desconcentrado, que haya abusado de los foules en ataque y que pocas veces haya podido desplegar su potencia y habilidad al servicio del equipo. Lo verdaderamente importante fue que estuvo en el momento justo, en el lugar indicado, para recibir el centro de Fabri y mandar la pelota al fondo de la red. Todo lo que hizo antes y después del partido, durante este fin de semana y quizás durante todo el 2015, queda en segundo plano. Con su toque sutil, ante el arco desguarnecido, brindó la mayor alegría del año a este grupo de notables, asegurando que su nombre quedará por siempre en las fastos de esta gloriosa institución.




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