3 de julio de 2011

Volvio la Alegría, vieja

Toco 3 - Pueyrredon 1.

Luego de la derrota con Liverpool y un receso de casi tres semanas, Toco volvió al ruedo logrando un triunfo clave ante Pueyrredon, que le permite seguir prendido en la lucha por el título. Abuelo, Junior y Diego (con un golazo impecable) marcaron los tantos de un equipo que se recuperó de los golpes y sigue dando pelea.

Muchas cosas han pasado desde aquella derrota con Liverpool, que implicó el final del invicto del equipo en el campeonato. Los acontecimientos futbolísticos tuvieron su impacto en un grupo dónde el fútbol es "cuestión de estado": alegría, tristeza, desilusión, morbo, las sensaciones que se vivieron en estas tres semanas, sufriendo y gozando por una causa noble, pero que lamentablemente, está y estará lejos de nuestro alcance poder hacer algo para modificarla. Depende de otros. Si seguimos en el camino de causas nobles podemos decir que Toco siempre da la oportunidad de obtener alguna de esas pequeñas alegrías que otorgan felicidad: amigos de toda la vida, el fútbol, un equipo, un campo en dónde se pueden aplicar aquellos valores que nuestros padres nos han inculcado: la unión, la solidaridad y la convicción de luchar por algo que ayude a afirmar custiones vinculadas con nuestra identidad. Depende de nosotros.


Las idas y venidas de un torneo que, al menos en esta edición, está muy mal organizado, hizo que Toco tenga que jugar contra Pueyrredon, uno de los equipos que promete ser animadores de este certamen hasta el final. Viriles y atléticos, en la cara de sus jugadores rivales (llena de acné y juventud) se podía entender que se trata de uno de esos equipos jóvenes, pujantes, aunque algo inexperimentados. El arranque del partido no hizo más que confirmar esto: presión, movilidad, velocidad, fueron las premisas en las que se basó el juego de Pueyrredon durante los primeros minutos, en dónde Toco fue dominado territorialmente. Sin embargo, los muchachos de Fari no entraron en pánico, y sin desesperarse, se fueron acomodando en el terreno, tomando las marcas, los rebotes y enparejando el trámite del encuentro. Guille y Koke comenzaron a manejar la pelota, Junior y Tute empezaron a ser importantes en el mediocampo y tanto Pachu como el Abuelo, gracias a su velocidad desnudaron serias grietas en la última línea rival.

Toco tuvo la inteligencia para cambiar el tramite de un partido que se había presentado desfavorable en un principio. Eso habla de un equipo maduro, que sabe lo que tiene que hacer y no se desfocaliza ante la primer adversidad. Cuando las cosas andan mal, la voluntad de todos, la seguridad defensiva y un arquero de primer nível, dan las garantías necesarias para no desesperarse. Y así fue Toco, ante un rival que hizo todo lo contrario, y cuando se vio superado se desordenó totalmente. Apareció Koke para hacer una jugada típica del manual de procedimiento del enganche: ir a buscar la descarga de un volante, girar, encarar y buscar desnivelar mediante la media distancia, el arquero y el Abuelo (especialista en goles importantes) hicieron el resto. El gol dejó a Puyrredon al borde del KO y Toco siguió aprovechando las ventajas: Pachu aprovechó una desinteligencia defensiva, pero llegó muy exigido para definir ante un arquero que esta vez tuvo velocidad para anticparse a la jugada. Toco hizo meritos para mantener e incluso para extender la ventaja, pero el fútbol no entiende de méritos y en la primer jugada a fondo, Pueyrredon llegó al empate cuando el primer tiempo llegaba a su fin.

El gol motivó a los muchachos de Pueyrredon, que salieron a quemar las naves en la segunda etapa. Aprovechando su juventud, intentaron hacerse fuerte en el partido tirando sobre la cancha la velocidad, la dinámica y el ritmo que tienen los equipos cuyo promedio de edad no supera los 24 años. Toco volvió a entender el partido y jugó a lo que debía: concentración defensiva, voluntad para marcar, sacrificio e inteligencia para poder cortar el circuito futbolístico del rival. Se sabía que ponerse en desventaja podía ser letal, a lo que se defendió el empate con uñas y dientes. Creció la figura de Junior, el último gladiador, Juan y Gonza volvieron a mostrar que son una zaga central seria, y si bien Pueyrredon lastimaba cuando atacaba por la flanco izquierdo de la defensa, el Gordo respondió con seguridad cada vez que fue exigido.

Pueyrredon veía que podía ganar el partido y volcaba cada vez más gente en campo contrario. El teorema de la "manta corta" comenzaba a verse en la fría noche de Parque Avellaneda: equipo que ataca con muchos jugadores, resigna jugadores en defensa y cuando el retroceso no se hace bien (típico de los partidos a este nivel) puede ser un arma de doble filo. Y para buscar ganar el partido, Fari apeló a tocar el orgullo de sus dirigidos, convenciendo a Diego (que había quedado fuera de la convocatoria por una inflamación intestinal) y mandandolo a la cancha cuando faltaban 20 minutos para que haga de las suyas. Su primera intervención fue el preludio de lo que vendría después: recepción, giro desde la izquierda al centro y un tiro débil que no llevó mucho peligro. A todos les habrá parecido una acción sin importancia, para los que lo conocemos sabíamos que era el comienzo de otra noche mágica del 10.

En su segunda intervención, el pequeño genio del fútbol mundial hizo lo mismo: giro, gambeta de la izquierda al centro, remate (esta vez fuerte y bien dirigido), el arquero rival volvió a dejar un rebote corto que fue capitalizado por Junior, quién con un cabezazo le dio la ventaja a Toco. Un gol gritado con alma y vida por un jugador que es puro corazón, volviendo a mostrar que también se caracteriza por los goles importantes. Con la ventaja y el cansancio acumulado, Toco resignó el ataque y se dedicó a defender la victoria parcial. Con voluntad, con garra, con determinación y con un gran sentido de la entrega y la lucha. Salvo por algunos sobresaltos, los defensores sacaron todo por arriba y por abajo, mostrando la solidez defensiva que caracterizó al equipo a lo largo del campeonato. Pero faltaba, sin embargo, la frutilla del postre, y nuevamente Diego mostró otra dosis de su inagotable talento: otra pelota recibida en su zona y toda la capacidad para hacer todo lo que un crack del fútbol debe hacer: la pausa para pensar entre tanta vorágine, levantar la cabeza y meter una vaselina deliciosa desde casi 30 metros, sorprendiendo a un arquero que ya jugaba totalmente vendido. Golazo, delirio, felicidad, alegría y los dos puntos que se quedaban del lado rojinegro.

El final del partido encontró a los muchachos de Toco festejando la victoria. Se pudo sacar adelante un partido díficil, ante un rival importante, que seguramente peleará el torneo hasta el final. La actitud, la concentración y la inteligencia fueron los pilares que tuvo Toco para volver al triunfo, luego de una derrota que había calado hondo. El equipo volvió a mostrar síntomas de madurez, de sacar pecho cuando las cosas no venían del todo bien y cobró dividendos gracias a la contundencia en la dos áreas. Así, se puede.

Goles.

1-0: Abuelo. Remate de media distancia de Koke, el arquero da un rebote corto y el carismático atacante se aprovechó de su posición y su oportunismo para decretar la apertura del marcador.

2-1: Junior. Similar al primer gol: remate de media distancia de Diego, el arquero da un rebote corto y el industrioso mediocampista se aprovechó de su posición y su oportunismo para marcar la ventaja parcial.

3-1. Diego. Maravilloso tanto de este artista del balonpie. Encontrarse con su amiga la pelota a 30 metros del arco rival, acomodarla con suavidad, levantar la cabeza y acariciarla para mandarla directamente a la red ante un arquero adelantdo. Ya no sorprende, juega a otra cosa.

Puntajes:

Gordo. 8. Sin dudas, uno de los valuartes del equipo en el campeonato y el mejor arquero del certamen. Seguro, sobrio, concentrado, participativo, el experimentado arquero muestra un gran nivel y mucha regularidad. Viendo las miserias que muestran los arqueros rivales, tener un arquero de este nivel es una ventaja comparativa muy importante.



Cobany. 7. Venía jugando un partido muy bueno, con algunas intervenciones muy buenas tanto en defensa como en ataque. Incluso se proyectó con criterio, llegando al fondo y tirado un centro muy interesante. Sin embargo, en la última jugada del primer tiempo tuvo un segundo de desconcentración aprovechado bien por el delantero rival. Igual lo suyo fue para destacar.



Leo. 7. Casi sin sobresaltos en un primer tiempo dónde Pueyrredon insinuó más de lo que concretó. Cubrió bien la espaldas del resto de los defensores y mostró la solidez habitual en el juego aéreo. Recibió un pelotazo en la cara que le dolió a todo el mundo.



Muro. 8. Casi sin escalas, el poderoso defensor pasó de las vacaciones a jugar como segundo central en el equipo. Su arribo a la Argentina fue el viernes y el sábado ya lo tuvo jugando en la primera de Toco. Jugó un gran partido, mostrando la solidez habitual y recomponiendo su imagen luego de la expulsión en el último encuentro.



Fefe. 7. De a poquito, en silencio, sin prensa, ni declaraciones picantes, con mucho trabajo y sacrificio, Fefe se fue ganando su lugar en el equipo. Se bancó ser suplente, se bancó no jugar, priorizando siempre al equipo por sobre intereses personales, y cuando se le dio la posibilidad producto a ausencias y/o lesiones de compañeros, aprovechó su chance, siendo un jugador importante que mejora partido tras partido. Al pesar de que en el segundo tiempo le tocó soportar los constantes ataques rivales, su actitud es para destacar e imitar.



Junior. 9. Si bien en todos los partidos el capitán se destaca por su temple, sus ganas y su actitud ganadora, el sábado en la noche, Junior remarcó una actuación que promete ser memorable. No sólo por el gol importantísimo, sino por lo que aportó en el juego. Sereno para pensar el partido, ubicarse bien, tomar bien los espacios, cubrir la espalda de Guille en defensa, o brindar soporte en ataque mostrandose como alternativa de pase. Y cuando tenía que recuperar la pelota, se mostró como un león enjaulado, sin perder nunca la cordura.



Guille. 7. Si hablamos de cordura y madurez, podemos decir que el volante central es un claro ejemplo de la evolución del equipo. Lejos de aquella insanidad mental, que lo llevaba a pelearse con árbitros, compañeros, rivales o quien fuese, hoy focaliza toda su locura en función del juego, para entenderlo, y para aportarle su sapienza táctica al equipo. Le costó contra los jóvenes rivales que pasaban a toda velocidad por su sector, pero fue importante en el primer tiempo cuando tomó las riendas del partido desde su posición.




Tute. 8. Entre tanta personalidad, perfil alto, venta de humo y demás, el siempre jóven carrilero del equipo se muestra como un líder desde el silencio y el compromiso. Siempre dispuesto: a jugar de lateral derecho, lateral izquierdo, central, volante, o a sacrificar un compromiso familiar muy importante para dar la cara por el equipo en un partido clave. Futbolísticamente, siempre cumple, el cualquier posición y bajo cualquier circunstancia.




Koke. 8. Otro de los jugadores cuyo nivel va de menor a mayor. Hoy por hoy, ya se ha erigido como el enganche titular del equipo, cómo el encargado en conectar a los delanteros con el resto del equipo. De a poco va mostrando todo lo que un conductor tiene que tener: inteligencia para saber manejar los tiempos del partido, es decir, saber cuando parar, saber cuando acelerar; buenas excursiones en ataque (se le destaca una buena jugada por derecha y dos remates de largas distancias) y las lagunas que todo enganche talentoso debe tener. Pilar fundamental en el equipo.



Pachu. 8. Por lo hecho en el primer tiempo, cuando jugó como delantero ante una defensa que brindaba muchos espacios y facilidades, demostró que hay que considerarlo como una variante en el ataque. Su velocidad, su picardía y su movilidad son elementos que puede cambiar la ecuación de un partido en cualquier momento, sobre todo si es bien asistido. En el segundo tiempo, como volante, mostró también una excelente actuación, tocando mucho, transladando poco y llegando en reitradas oportunidades a situación de gol. Una actuación para destacar.




Abuelo.7. Voluntad, sacrificio y ubicación para entender que no puede estar siempre cerca de la pelota, sino que jugando como delantero centro, tiene que estar bien cerca del arco. Por eso, y gracias a su oportunismo, aprovechó el rebote que le regaló el arquero para marcar el gol que dio la apertura al marcador. Se fue ovacionado, dejandole su lugar a Diego a 20 del final.


Gonza. 7. Estuvo en duda hasta último momento. Parecía que no iba a poder ser de la partida por cuestiones personales, pero las cosas del destino hizo que sea parte del equipo y pueda disfrutar de este gran triunfo. Se coordinó con Leo para jugar un tiempo cada uno, y en el segundo tiempo fue un verdadero valuarte en la defensa: rechazó por arriba y por abajo, y tuvo algunos anticipos muy buenos.


Kiko. 7. Otro de los que por cuestiones personales no pudo ser titular desde el arranque. Saltó a la cancha en el segundo tiempo, justo cuando Toco dejó de tener el dominio del partido, teniendo que aportar como lo hace habitualmente en la faz defensiva del juego. Con el ingreso de Diego, se reecontró con su socio del ataque, mostrando que se siguen encontrando y conociendo cada vez más dentro del campo de juego. Toco tiene, sin dudas, de las mejores delanteras del certamen.



Diego. 10. 20 minutos le alcanzaron para demostrar que es un jugador de otro nível. Su talento es natural, sin agregados ni conservantes artificiales. Su idilio con la pelota es eterno y hace lo que otros no pueden. Dando ventaja en lo físico, entró en un partido que pintaba feo y su capacidad fue determinante para lograr el triunfo. Primero para entender dónde pararse, por izquierda ahí bien cerquita del Pibe Diaz que le corre hasta el hartazgo y no le pide nada a cambio. Después para entender la falencia del equipo rival, buscando el error del arquero, primero con un remate débil y después con uno más peligroso que desembocó en el gol de Junior. Finalmente, cerró su ratito mágico con un gol de antología: desde 30 metros, una vaselina inolvidable para festejar con sus amigos que lo admiran y lo quieren por partes iguales.







El abuelo nos habla del partido


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