14 de agosto de 2011

Toco 0 - Los Amigos 2. Que se termine esto, por favor

Faltando una fecha para la finalización del torneo, Toco volvió a ser derrotado, esta vez por Los Amigos, sumando así la tercer derrota consecutiva. Con muchos lesionados y muchas ausencias, el equipo rojinegro tiró por la borda todo lo bueno hecho en las primeras fechas, dejando una imagen preocupante de cara al futuro.


Otra derrota. Sin excusas, ante un rival que golpeó en el momento justo, que se aprovechó de los errores y se llevó los dos puntos en juego. Nuevamente se vio a un Toco diezmado, con varias ausencias por lesión y con un amnesia futbolística que preocupa. Así, como acostumbrarse a ganar es muy bueno, acostumbrarse a perder puede ser muy peligroso. Sin embargo, para no ser tan pesimista, es importante resaltar que el equipo levantó mucho en comparación con el partido con La Academia; esta vez, al menos, hubo dignidad para vender cara la derrota.

Toco arrancó bien. Los primeros 20 minutos fueron buenos. Junior jugó como volante defensivo bien pegado a la línea de cuatro, mientras que Guille fue a presionar más arriba, retando a duelo al volante central contrario en su propio campo. Esto, sumado a la velocidad y despliegue de Eber por derecha y Ema por izquierda (interesante jugador, lástima que parece que ya tiene equipo), fue saludable, sobre todo si tenemos en cuenta lo golpeado que venía el equipo. Este dominio territorial no pudo plasmarse en la red, aunque Batata y Kiko preocuparon con su movilidad. Todo esto duró 20 minutos, hasta que el rival se acomodó en la cancha, tomó mejor las marcas y comenzó a jugar en campo de Toco, aprovechando algunas desatenciones defensivas. Una de ellas tuvo su consecuencia en una falta dudosa al borde del área que desembocó en un desafortunado gol en contra, sobre el epílogo del primer tiempo, que le permitió a Los Amigos dar un buen golpe antes del entretiempo.

En el complemento, la llegada de Koke permitió a Fari cambiar el dibujo y volver al 4-3-1-2 con el cual el equipo se siente más comodo. Junior se liberó por derecha, Ema seguía mostrando dinámica, velocidad y fuerza por la otra banda, y Koke era el vertice superior de un diamante que hacía pata ancha en el mediojuego. Una infantil agresión del lateral derecho del rival sobre Batata, dejó a Toco en situación ideal: dominio del partido, ventaja númerica y grandes posibilidades de llegar al empate. Incluso, a pesar de la expulsión de Gonza por doble amarilla, Toco mostró parte del repertorio que lo llevó a ser protagonista del torneo: presión sobre la salida rival, una defensa adelantada para anticipar e impedir dejar reaccionar a su rival. En ese interín, Toco tuvo la posibilidad de empatar el partido: dos chances de Kiko aprovechando desinteligencias en la última línea rival y un mano a mano muy claro de Batata, quién no pudo definir con precisión. Ese fue el momento para golpear, pero por falencias propias y virtudes ajenas (el arquero rival respondió bien en las jugadas en cuestión), no se pudo lograr el empate.

De ahí en más, el equipo sintió el desgaste de ir a buscar el partido y dejó de ser consistente en la presión, y en el anticipo, lo cual, ante una defensa de 3 que jugaba muy adelantada podía ser letal. Fari intentó sumar aire con el ingreso de Berty, pero ya ni las piernas ni la cabeza respondían. Así, Los Amigos salieron del asedio y empezaron a contar con chances claras para defenir el partido. En una de ellas, un mediocampista rompió con el adelantamiento de la última línea rojinegra para provocar el "offside" y cuando enfrentó a Leo, se la sirvió gentilmente al Nro 9, quién sólo tuvo que empujar la pelota al fondo de la red. El segundo gol sentenció a Toco a una nueva derrota, a pesar de la verguenza deportiva para ir a buscar el descuento que produzca un empate agónico e inolvidable.

Llegando al fin del campeonato, es hora de empezar a sacar conclusiones, aprender de los errores y apuntar a mejorar en vista al segundo certamen del año. En estos últimos partidos han aparecido falencias en todos los aspectos: tácticos, técnicos y físicos. Desde aquí creemos firmemente en un equipo que tuvo, en general, un rendimiento parejo y bueno durante el torneo, pero que en la recta final ha perdido los argumentos que lo llevaron a ser uno de los protagonistas. Es tiempo de recuperar a los lesionados y volver a ser lo que fuimos. Es hora de levantarse.

Puntajes.

Leo. 6. Respondió con sobriedad cada vez que fue exigido. En el primer tiempo tuvo un par de atajadas fundamentales y el gol fue una fatalidad, luego que un remate pegue en el travesaño y le rebote en su espalda. Le aportó mucho al equipo.

Cobany. 5. Alternó buenas y malas. Algunos cierres y anticipos interesantes, y otros errores conceptuales como un pase hacia atras que dejó a un delantero rival cara a cara con el arco propio. Salió reemplazado producto de una fuerte torcedura de tobillo.

Muro. 4. Esta lejos del nível mostrado en el primer tramo del torneo. En el primer tiempo, jugó unos metros más adelantado y sacó bastante por arriba y por abajo. En el segundo tiempo, con la línea de 3, le costó mucho cubrir tanto terreno.

Gonza. 4. Otro jugador que está lejos del nivel que nos tiene acostumbrado. Su mejor virtud es la regularidad y en los últimos partidos no ha podido lograrla. Además, logró su segunda expulsión consecutiva.

Tute. 4. Es, sin dudas, el mejor defensor del equipo y creo que uno de los mejores laterales del campeonato, pero el sábado no ha estado en su mejor nivel. Por sus cualidades técnicas tiene que ser salida del equipo, pero esta vez le costó mucho dominar la pelota y darle un pase preciso a un compañero. Puede que sea por su perfil, por el estado de la cancha o porque no conoce a Ema tanto como a Pachu, pero lo cierto que su actuación fue para el olvido.

Eber. 5. Fueron buenos sus primeros 20 minutos cuando mostró su habilidad y su velocidad para desconcertar a los defensores rivales. Con el correr de los minutos se fue diluyendo. En el segundo tiempo, ya con la defensa de 3, mostró criterio para hacer todo el carril. Extenuado, salió reemplazado.

Junior. 5. Bien para luchar, para esforzarse, para la entrega y la dinámica de siempre. Como 5 estuvo correcto y ordenado, pero como 8, en esos minutos del segundo tiempo hasta la expulsión de Gonza, se mostró muy activo, con mucha marca y llegando por sorpresa al área rival. Después pasó a jugar como líbero y alternó buenas y malas.

Guille. 5. Empezó bien como volante central adelantado, presionando al cinco rival, tratando de estar cerca tanto de los delanteros como de Junior para que el equipo no quede tan largo. Fue criterioso con la pelota y hasta pisó el área en varias ocasiones. Cuando el equipo perdió la pelota, desapareció. En el complemento, ya de 5, distribuyó con criterio hasta que se quedó sin piernas ni cabeza.

Ema. 6. Saludable actuación de este carrilero zurdo, que mostró condiciones interesantes. Fuerza para avanzar y para retroceder, pegada para sorprender con algun centro o algún remate de buena distancia y actitud para pedir la pelota, mostrandose siempre como alternativa. Hay que averiguar bien su situación contractual, pero teniendo en cuenta la actualidad del equipo, no es un jugador para descartar.

Batata. 5. En su vuelta a Toco mostró sus condiciones innatas: velocidad, habilidad, potencia. Preocupó a los defensores contrarios con todo esto y más. Tuvo la chance más clara de la tarde: recibió dentro del área, se acomodó, se perfiló, pero el arquero lo intepretó y le ganó el duelo.

Kiko. 6. Activo, movedizo, preocupante, se sintió cómodo jugando con Batata y tuvo algunas chances claras, producto de su intensidad para presionar. Se siente cómodo cuando tiene variantes para recibir y descargar a su compañero de ataque o a los volantes externos.

Koke. 5. Entró con movilidad, pidiendo la pelota e intentando ser la manija del equipo. Comenzó bien, pero con el correr de los minutos fue perdiendo en precisión y terminó apurado y confundido.

Berty. 5. La vuelta del hijo pródigo de Toco, el jugador más premiado de la historia rojinegra. Hizo sentir su rigor físico y terminó el partido con un resbalón que se llevó una de las pocas sonrisas de la tarde.



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