21 de julio de 2009

Toco 2 - Carceleros 0

Desahogo

No fue una semana fácil. La aparición de Toco en los puestos de descenso directo afectó fuertemente en el seno del plantel rojinegro. Fueron horas difíciles, como las que debe vivir un condenado a muerte días previos a su ejecución. Se decidió juntar las cartas, barajar y dar de nuevo, desde cero, para poder sacar a nuestra querida institución del fondo del mar. Comisión Directiva, Cuerpo técnico y jugadores tomaron riendas en el asunto para poder revertir esta particular situación, la cual no nos tiene acostumbrados.

El partido se comenzó a ganar entre semana. La comisión decidió utilizar los recursos genuinos de la institución y gracias a una gran ingeniería y gestión, decidió reforzar al equipo con la inclusión de las históricas figuras del equipo, que aprovechando los parates de su respectivas obligaciones futbolísticas, mostraron su hombría de bien, para poner el hombro en una parada difícil.

Cuando se cuenta con jugadores desequilibrantes, los equipos suelen sentirse más seguros, sabiendo que las individualidades pueden otorgar soluciones determinantes dentro del juego. Así lo entendieron los jugadores y cuerpo técnico, planteando un partido muy inteligente desde el minuto 0 hasta el 80. Y cuando se juega al fútbol con determinación, concentración e inteligencia, más el aporte de los virtuosos del balompié, se hace muy difícil no obtener un resultado positivo.

Así jugó Toco. En una cancha difícil, que podría tranquilamente ser definido como un barrial, el conjunto rojinegro ganó desde la inteligencia. Desde la solidez defensiva, Toco fue un bloque, un conjunto, en fin, un equipo. Salió decidido a ganar el partido y en los primeros 25 minutos del partido mostró credenciales para merecer la victoria. Dos líneas de 4 bien juntas, volantes bien parados, cumpliendo bien la transición defensa-ataque, el talento inagotable de Diego y la solidaridad de Kiko en el ataque. Es mucho para el nivel que se ve actualmente en las canchas de CITEFA, por lo cual, el triunfo (festejado y valorado) no sorprende.
La principal virtud del equipo fue la contundencia. Para defender y sobre todo para atacar y golpear en los momentos oportunos. El primer gol fue un claro de ejemplo de un equipo que espera agazapado, y que lastima cuando ataca. Recuperación en tres cuartos de campo rival, toques rápidos, un volante que se desprende, que sorprende y que marca un gol que fue vital para el desarrollo del partido.

A partir de ahí Toco cedió la iniciativa, terreno y pelota. En las condiciones que estaba el campo de juego, lamentablemente, la posesión era más un problema que una solución. Por eso el equipo fue inteligente, replegó sus líneas y gracias a la seguridad de su última línea y, sobre todo, de su golero estrella, sacó a flote un partido duro, parejo, estresante.

Es cierto que los rivales contaron con algunas situaciones que pusieron en jaque la victoria, pero cuando la defensa no dio abasto, apareció la figura del Gordo con dos o tres intervenciones tan claves como importantes. Los grandes equipos se forman así: de atrás hacia delante. Y cuando la retaguardia ofrece garantías, los creadores se sienten más seguros y más cómodos para desarrollar su juego.
Así de simple es el fútbol, aunque varios quieran inventar lo que ya está inventado. Seguridad, orden, inteligencia y contundencia. Gracias a estos 4 pilares, Toco obtuvo un merecido premio llevándose esta importante victoria, que ofreció algunos puntos a valorar: mantener la valla en cero, extender la paternidad sobre Carceleros, festejar la vuelta del niño prodigio y descomprimir un poco la situación que comenzaba a ser angustiosa.

Nos quedan por delante verdaderas finales donde hay que seguir con esta conducta dentro de la cancha. El equipo ha mejorado, va en plena levantada, ofreciendo augurios positivos para encarar la segunda mitad de año con otras expectativas y, seguramente otros objetivos. Es la hora de no aflojar y de seguir mejorando, hay material futbolístico y humano para lograrlo.


Puntajes,

Gordo. 9. El pilar de la victoria. De genes londinenses, pero más argentino que el choripan y el vino en tetra-brick, el mítico golero volvió a tener una actuación destacada, que lo erigió en la figura del partido. Intervenciones para todos los gustos: mano cambiada, reflejos de felino, seguridad en el juego aéreo, todo sumado a su impactante personalidad.

Miranda. 8. Su cambio de actitud se vio reflejada dentro del terreno. La decisión de cambiar su apellido por uno más marketinero, lo llevó a jugar un partido con el manual de procedimientos del marcador de punta en su mano. Siguiendo los pasos de este manual imaginario, lo hizo todo bien: bien para anticipar, inexpugnable en el juego aéreo y con mucho criterio para pasar al ataque, sin desordenarse.

Guille. 7. Ofreció seguridad y garantías como último hombre de la defensa. Se cansó de contrarrestar los envíos aéreos del rival, aprovechando sus marcadas entradas capilares para darle más fuerza a la pelota en los despejes. Aportó, además, peligrosidad en el área rival, pero su gol fue anulado, luego de un cabezazo inapelable.

Gonza. 7. Se sintió cómodo jugando en la zaga con su compañero de Comisión. Es claro, ya están tan acostumbrados a perseguir aterrorizando a los detractores y opositores, que para ellos es algo que manejan con una naturalidad asombrosa. Muy firme en el anticipo, esta vez recurrió al juego brusco, sólo cuando fue necesario, cerrando una actuación muy buena.

Tute. 7. Está volviendo a tener la regularidad que ofrecía tiempo atrás, en donde se mostraba como un lateral que aportaba soluciones defensivas y un plus a la hora de atacar. Se acopló a la recuperación defensiva del equipo, mostrando la seguridad de antaño. Su nivel va en plena levantada.

Batata. 7. La vuelta de uno de los ídolos de la parcialidad. Sus condiciones naturales, su capacidad futbolística, su entrega y su personalidad, lo sitúan como uno de los jugadores más completos que han vestido esta camiseta. Muy valorable su decisión de aportar su granito de arena en este mal momento, acordándose de esta parcialidad que lo ha tratado con tanto amor y cariño. Entendió que el partido estaba más para la lucha que para el juego, y fue solidario con el equipo.

Mauro. 7. Sin dudas, su primer tiempo fue la mejor performance de este morrudo centrocampista con esta camiseta. A su habitual sacrificio y lucha, le agregó una cuota de fútbol y decisión para pasar al ataque. Su gol fue de alta factura, vislumbrando la zona liberada otorgada por la defensa rival, y definiendo con un zurdazo cruzado e inapelable. Otro jugador que está en franca levantada.

Toti. 7. Otro jugador de buen pie, fuerte carácter, que entendió que el partido estaba más para la fricción que para la elegancia. Sus rendimientos mejoran notablemente cuando el horario del partido pasan las 15hs, horario en el cual, habitualmente amanece. Su mejor versión se dio sobre el final del partido, cuando, jugando como único volante central, fue importante para la recuperación y la prolija distribución del balón.

Eber. 7. Su aporte defensivo fue valorable y determinante. Corrió mucho, ayudando a contener al 8 rival, y ofreciéndose como salida clara por izquierda. Cuando a su colaboración defensiva le agregue inteligencia para atacar y desnivelar con su velocidad, va a ser un jugador muy importante para el equipo. Confío plenamente en su potencial.

Diego. 7. La vuelta del niño prodigio. Su clase está intacta. Es innegable que de sus pies salieron los momentos más gloriosos de la institución, y alarmado por esta delicada situación del club de sus amores, se ofreció para ayudar a Toco a salir del infierno. Su vuelta sólo puede ser comparada con momentos históricos tal como el nacimiento de Jesucristo en el año 0, el pacto de Varsovia luego de la segunda guerra mundial o la vuelta del general Perón al país en el ’73. Sus participaciones fueron puntuales y desequilibrantes: el tiro libre para el segundo gol y un taco-asistencia a Jimmy que hizo emocionar a los más nostálgicos que vibramos tanto con su fútbol.

Kiko. 7. El otro niño prodigio del equipo. Aquel que fuera cuestionado, bastardeado y que en cada fin de temporada figuraba en la lista de "transferibles" ha pegado el estirón y se ha transformado en un temible delantero. Me quedo con aquella afirmación en la cual se dice que no hay edad límite para el aprendizaje. Él aprendió a jugar en equipo, a moverse con y sin la pelota, agregando una interesante cuota goleadora que lo sitúa como el máximo artillero del equipo en lo que va de la temporada.

Jimmy. 7. La locomotora de la nueva generación, el que estuvo en duda hasta último momento por una rebelde lesión en su gemelo derecho, aportó mucho ingresando en los 25 minutos finales, cuando el equipo se estaba quedando sin resto físico para afrontar lo que quedaba del partido. Aportó lo de siempre: marca, lucha y llegada a posición de gol. Otra vez no pudo convertir, pero seguramente, cuando pueda quebrar el maleficio aportará, además de todo, goles.

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