27 de julio de 2009

Toco 1 – Danielito FC 0

Es un sentimiento, no puedo parar.


Desde la finalización del partido, hasta que me he sentado con el objetivo de intentar comentar el mismo ha pasado poco tiempo. Muy poco tiempo para tantas cosas: el gol agónico, el viento en contra, el viento a favor, el fervor de la afición, la pasión de todos por la camiseta, son muchas cosas las que hay que ordenar y transcribir en forma de relato.

Lo más importante es que se volvió a ganar. Después de tanta malaria, tanto sufrimiento, tanto resultado adverso, lo que vale ahora es disfrutar y festejar del triunfo, que fue importante más allá de los merecimientos, de las condiciones meteorológicas en las que se dio el partido y de todo lo que ha rodeado el mismo. Se obtuvo una victoria difícil, trabajada, que se consiguió en el último aliento, como premio a tanto entusiasmo, tanta garra y tanta mística.

El primer tiempo se dio en un contexto caracterizado por la rareza. Un rival que comenzó el partido con 7 jugadores (y que completó 11 antes de los 5 minutos) y un viento (en contra de Toco) que fue determinante en el desarrollo del partido. Se hace difícil intentar un comentario objetivo de esta primera etapa, en donde Toco jugó de igual a igual, con defectos y virtudes, pero con la tenacidad de siempre. Fue importante el orden, la disciplina, a partir de la seguridad del Gordo, la firmeza de Guille en la última línea y la entrega de Mauro. Lo de Toco en esta primera etapa, estuvo a la altura de las circunstancias, sin dudas, pero realmente se hacía imposible jugar en tales condiciones. Casi no se presentaron ocasiones, en un partido que deambuló en la mitad de la cancha, sin un equipo protagonista y en donde los arqueros fueron espectadores privilegiados del encuentro.

El segundo tiempo si puede encasillarse dentro de la normalidad y pueden desarrollarse alguna idea más clara de lo que sucedió. En los primeros minutos, Toco salió decidido a jugar en campo contrario, presionando, haciéndose fuerte en la mitad de la cancha a la hora de la marca y la presión, pero con pocas ideas a la hora de atacar. Se contó con el protagonismo territorial, pero se hizo difícil traducir esta dominación en jugadas de peligro, por lo que el partido entró en una meseta futbolística, en donde había más lucha y fricción que juego.

En la segunda mitad de esta segunda etapa, el equipo sintió el desgaste y Danielito comenzó casi sin proponérselo a tener más control de pelota y hacerse fuerte en la zona media, allí donde se ganan los partidos. Junior apostó con la entrada de los galácticos (Diego y Batata), pero el equipo no podía quebrar a un equipo que esperaba bien ordenado en la última línea, e intentaba lastimar con el contragolpe.

Y, generalmente, cuando un partido es tan parejo y equilibrado durante gran parte del desarrollo del mismo, los minutos finales suelen ser determinantes. Las piernas no responden, la falta de oxígeno impide que la sangre llegue al cerebro y los errores suelen pagarse muy caro. Y así, como en gran parte del campeonato, Toco perdió varios puntos en los instantes finales, esta vez le tocó ganar: corner corto de Toti a Diego, y el prodigio encaró hacia el área con tanto optimismo para el gol que, a pesar de que el remate parecía no llevar peligrosidad, el arquero cometió un error conceptual básico de no poner el cuerpo detrás de las manos y la pelota se le desvaneció dando lugar al 1-0 y al delirio de toda la gente de Toco que festejó el gol con alma y vida, como un desahogo de la magra campaña.

Pero, con Toco nunca se sabe, faltaba sólo un minuto (lo mismo que duró el festejo del gol) cuando los corazones rojinegros dejaron de latir: apilada del número 10, pase entre-líneas para el delantero que quedó en posición franca de gol contra el Gordo, quien volvió a ser decisivo, saliendo muy rápido a achicar y evitando lo que hubiese sido el empate. Así terminó el partido Toco: con el corazón en la mano, ofreciendo hasta la última gota de sudor para lograr esta trabajada y muy celebrada victoria. Dos triunfos consecutivos siempre son importantes, sobre todo, si sirven para que el equipo recupere confianza y creencia en su capacidad. Se está cumpliendo con el objetivo de terminar este torneo de la mejor forma, demostrándonos a nosotros mismos que con seriedad, concentración e intentando jugar bien, el equipo tiene mucho para dar.

No quería terminar el comentario sin hacer referencia a la hinchada de Toco. Esta apasionada parcialidad, la cual a pesar de la mala campaña, ha acompañado a lo largo del torneo al equipo. Después de mucho sufrimiento, el sábado por fin, tocó festejar: el gol fue celebrado hasta la afonía y después acompañó los minutos finales alentando sin parar por el equipo, mostrando toda su artillería de petardos y bombas de humo. Sin dudas, Toco no sería lo que es sin la presencia de estos desquiciados aficionados que semana tras semana visten de color a las feas canchas de CITEFA. Muchachos: el triunfo es de ustedes.

Puntajes.

Gordo 7. Nuevamente sus apariciones volvieron a ser decisivas y determinantes para el resultado final. En el primer tiempo tuvo dos o tres intervenciones complicadas (debido al viento) a las cuales respondió con seguridad y criterio. En el segundo tiempo tuvo una intervención que resultó clave en el último minuto, achicando con velocidad y evitando el empate. Nuevamente volvió a mantener el arco en cero, aportando solidez al equipo.

Jimmy 6. Volvió al equipo titular luego de una lesión para desempeñarse como lateral derecho. Estuvo bien en la marca, criterioso en la salida, aunque por la posición en donde jugó estuvo contenido para aportar su llegada al arco rival. Fue reemplazado en el segundo tiempo, recibiendo una cálida ovación de la parcialidad que lo tiene entre sus preferidos.

Guille 7. Actuación inapelable. Salvo por uno o dos errores, su actuación fue muy sobria. Siempre bien parado, siempre atento para llegar a los cruces, bien en el mano a mano e inexpugnable en el juego aéreo. Al final tomó el rol de mariscal y empujó desde la última línea al equipo.

Gonza 6. Su primera intervención marcó la brutalidad que mostró a lo largo del partido: el equipo estaba mal parado, el 9 rival intentó gambetearlo y se llevó un teledirigido a su rodilla, que todavía debe estar hinchada. A partir de ahí instauró terror en los rivales, anticipando y ganando cada vez que se lo propuso. En el juego aéreo ganó siempre, instaurando nueva jugada conocida como "la del colibrí": intentando tener más poderío en el juego aéreo, el central mueve velozmente sus brazos de arriba hacia abajo, para lograr mayor sustentación en el aire, tal como el pintoresco pajarraco caribeño.

Luis 6. Su semana no fue la mejor: acusado por sus archienemigos de ser fanático de Michael Jackson y de haber sido visto en la cuadra de su casa bailando "la caminata lunar" mientras comía una porción de pizza Ugis. Luis se llamó a silencio y prometió responder dentro de la cancha. Alternó buenas y malas, pero mostrando su temple en algunos momentos del partido. Jugar por la punta izquierda lo complica bastante y no puede desarrollar su máximo potencial.

Eber 7. El crédito de San Antonio de Areco, motivado por el apoyo familiar desde la tribuna, redondeó la mejor actuación que se la ha visto con esta camiseta. Atacó y colaboró en defensa por su sector, además de intentar siempre darle un destino claro al balón. Su compromiso y amor por el equipo aumenta partido tras partido, lo cual se ve traducida en la confianza que compañeros, afición y cuerpo técnico depositan en él. Párrafo especial para su hermano, quién mostró un gran fanatismo por el Toco y sus colores.

Toti 6. Sus condiciones son innegables: cuando la pelota pasa por sus pies se siente cómoda. Lamentablemente, su pésimo estado físico repercute en su juego e impide que sea constante a lo largo de los 80 minutos. Pero a pesar de ofrecer su juego en cuenta gotas, lo que aporte es muy importante para el equipo por su versatilidad: el tipo raspa y juega. Pícaro para jugar el corner corto previo al gol con Diego.

Mauro 7. Lo suyo ya viene siendo bueno desde un tiempo, por lo cual su buena actuación ya no sorprende. Encontró su lugar en la cancha y en el mundo: se encarga del trabajo sucio, de la marca, de los rebotes, de hacer los relevos y de respaldar al Toti desde la garra y el temperamento. Después, cuando tiene la pelota, intenta darle el mejor destino al balón.

Pachu 6. Impredecible, amado y odiado por partes iguales, el Pibe Díaz volvió a ponerse la camiseta rojinegra, la cual tan linda le queda. Como volante mostró el despliegue y la solidaridad de siempre: para atacar, para recuperar la pelota, para estar siempre encima de la jugada. Tuvo que dejar el campo por una lesión preocupante, esperemos que no sea de gravedad y pueda jugar el próximo partido.

Emi. 6. En el primer tiempo, las condiciones meteorológicas le jugaron una mala pasada: el furioso viento en contra, impidió que pueda explotar su velocidad y potencia para desnivelar a la defensa rival. En este contexto, jugó mucho de espaldas al arco rival, cuando lo suyo es jugar a encarar a la última línea. En el segundo tiempo arrancó mejor, desbordando algunas veces por la derecha, saliendo reemplazado justo cuando estaba desnivelando por ese sector.

Kiko. 6. Nuevamente fue importante para el equipo volviendo a mostrar los atributos que mostró durante todo el torneo: inteligencia, solidaridad y un gran desgaste físico para mostrarse siempre como alternativa. En el primer tiempo, el viento le jugó en contra, pero en el segundo (sobre todo luego del ingreso de Diego) mostró su habitual peligrosidad. Sin embargo, no pudo definir las 2 o 3 situaciones con la que contó quedando en deuda en el aporte goleador.

Diego 8. Su nombre siempre está vinculado a los grandes hitos de esta camiseta. Cientos de goles, muchos de ellos claves e importantes, su esperado retorno iba a estar ligado a la vuelta de aquellas tardes felices, de triunfos y de delirio. Solamente un jugador de su calibre podía cambiar un 0-0 que parecía inamovible, por eso Junior lo mandó a la cancha y el prodigio respondió siendo, como siempre, determinante. Tres jugadas: un cabezazo en su primer intervención, otro tiro rechazado por el arquero y que Kiko no pudo marcar en el rebote, y la jugada del gol, donde fue más rápido que todos para hacer un corner corto y le pegó con tanta fe que, a pesar de no haber sido de sus mejores tiros, el arquero no pudo retener. Volvió el prodigio, volvieron los goles...volvió la alegría, vieja.

Bata 6. Otro de los galácticos que formó parte del "Banco de suplentes más caro de la historia" y que entró en los minutos finales para mostrar su tradicional fuerza, potencia e inteligencia que puede desnivelar a cualquier defensa. Es importante tener jugadores de este calibre dentro del equipo, ya sea fuera de la cancha o dentro de la misma, jugando 80, 40 o 20 minutos, son jugadores desequilibrantes que aportan desde lo futbolístico y desde lo espiritual gracias a tanta experiencia y tantas batallas. Su determinación de ayudar a Toco en este delicado momento será algo dificil de olvidar.

Bruno. 6. Volvió al primer equipo, luego de que en circunstancias poco claras, haya pegado un faltazo en el partido anterior. Sus condiciones son indudables: tiene el criterio, la inteligencia y la capacidad técnica para jugar en cualquier cancha, en cualquier superficie y a cualquier hora. Solamente necesita conseguir continuidad en la cancha grande, para adaptarse, amoldarse, tomarle la mano a los tiempos de los partidos y será, seguramente, un jugador importante para el equipo.

Sergio 6. Su amor por la camiseta es, como ya sabemos, incondicional. A lo largo de la historia ha demostrado la importancia que tiene Toco en su vida, ayudando a la causa ya sea dentro y fuera de la cancha. Nuevamente volvió a mostrar las actitudes por las cuales todo el mundo lo cataloga como un tipo querido y un compañero ejemplar: ante la lesión de Pachu, Toco se quedaba con 10 pero Fari dijo presente y entró a ocupar el puesto de volante recostado sobre la izquierda. Mostró cosas del mejor Zidane, demostrando a todos, que el también es un galáctico.

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