25 de septiembre de 2011

Toco 0 - Pescara 2. A Nada

En una pálida actuación, Toco dejó el invicto y cayó sin miramientos contra Pescara por diferencia de 2. Mal desempeño de los rojinegros, mostrando una combinación de anemia defensiva con una actitud errante a la hora de manejar la pelota. Junior y Nico, expulsados.



En todo juego y actividad que se desarrolle en la vida, siempre perder es negativo. El objetivo es ganar, preferentemente jugando bien y siendo vistoso, pero una derrota no ayuda para nada: ni en la suma de puntos, ni para la confianza. Toco dejó su invicto en un partido muy mal jugado, en dónde el equipo rojinegro nunca pudo hacer pie ante un equipo débil que, con orden, sacrificio y contundencia, se llevó los dos puntos de forma merecida. La actuación fue tan mala que no da lugar para el análisis, el equipo equivocó los caminos desde el minuto 0 hasta el final del partido: no presionó, no anticipó y a la hora de manejar la pelota, mostró una llamativa imprecisión en todas sus líneas, un parte por el pésimo estado del terreno de juego, pero por otra parte por limitaciones propias que no pueden obviarse.

El partido fue, en su totalidad, muy malo. Toco se encontró con un rival que propuso ensuciar el juego (en el buen sentido de la palabra) achicando los espacios, presionando y no dejando espacios para que surjan las sociedades futbolísticas que pueden darle al rojinegro un rédito en el resultado. Toco no pudo contra un equipo que proponía un adelantamiento constante de su última línea por no cumplir con una cuestión básica del fútbol a este nivel: tres pases seguidos para descolocar y un pase entre líneas para dejar a alguno de nuestros delanteros cara a cara con el arquero rival. Algo que parecía tan sencillo no pudo hacerse en toda la tarde, salvo en la acción seguida del primer gol cuando Diego se fue solito y sólo rumbo al empate, pero el arquero le adivinó la intención y se quedó con la única chance clara del equipo durante todo el partido. Después fueron todas cuestiones negativas: las protestas al árbitro, las expulsiones sufridas, la imposibilidad de marcar un gol (ni producir situaciones claras de gol para hacerlo) y la consecuente derrota.

Si uno se pone en exigente a analizar el partido, hay muchísimas cosas malas para remarcar y son pocas las que son para destacar, entonces preferimos tomar la derrota con cautela, que signifique un toque de atención para modificar cuestiones al futuro. Toco tuvo un partido malo, en una cancha mala, contra un rival malo, con un árbitro malo, pero el equipo fue lo peor de toda la tarde, mostrando muy poca actitud y rebeldía para aunque sea vender cara la derrota. Así como la semana pasada se había mostrado mucho temple para jugarle un partidazo al campeón, esta vez no hay nada positivo para rescatar. Esperemos que haya sido únicamente una mala tarde, y que el equipo mejore en el próximo partido.

Puntajes.

Gordo. 4. Realmente no tuvo mucha labor. En el primer gol, un fortísimo tiro libre lo sorprendió en el palo que tenía la responsabilidad de cubrir y no pudo hacer nada para despejarlo. Después tuvo algunas intervenciones importantes para evitar el segundo gol que finalmente llegó a traves de un tiro penal.

Gonza. 4. Alternó buenas y malas por el sector derecho. Mejor en la marca que en la proyección, cometió reiteradas faltas en el primer tiempo en su afan por querer anticipar a los delanteros contrarios. Se retiró extenuado en el segundo tiempo.

Junior. 4. Si bien el equipo rival no tenía mucha potencia ofensiva, en el primer tiempo se mostró seguro para anticipar y despejar todo lo que andaba cerca de su zona. Ganó por arriba y por abajo. Lamentablemente, tuvo una fuerte discusión con el árbitro que duró todo el partido, hasta que el colegiado lo mandó a las duchas antes de tiempo.

Muro. 4. Nunca encontró su referencia en la marca debido a la extraña movilidad que presentó el equipo rival en ofensiva. A veces salió bien a espaldas de Guille, aunque en otras ocasiones falló y pagó.

Nico. 4. No volvió a mostrar el nivel que tuvo en los partidos anteriores. No fue salida y tuvo algunos problemas con el delanteros con lentes que se movía por su sector. Cometió un dudoso penal en el segundo tiempo y terminó expulsado.

Jimmy. 4. En su vuelta a la titularidad, se contagió de la mediocridad del resto del equipo. Tuvo algunos buenos desmarques por derecha (sobre todo en el primer tiempo) pero estuvo desatinado en la terminación de dichas jugadas.

Guille. 4. Virtualmente desaparecido. No marcó, no jugó, se lo notó desubicado en toda la tarde: cuando salió a presionar, perdió siempre; cuando decidió quedarse, también no pudo recuperar la pelota. Y para colmo, una tarde errática en la distribución de la pelota.

Batata. 4. Si lo comparamos con la actuación del partido anterior, podríamos decir que se trata de otra persona: contra Defensores brilló por su determinación, actitud y liderazgo, ayer mostró una imagen realmente pálida. Irresoluto e impreciso.

Abuelo. 4. El sacrificio y las ganas de siempre, pero nunca pudo encontrarse en el partido ni en el aspecto táctico ni en el técnico, ni como enganche ni como volante izquierdo ni como delantero.

Kiko. 4. Desconectado del resto del equipo, deambuló por la cancha sin poder adoptar un rol determinado. Llama la atención dos cosas: por un lado, lo lejos que está del gol y por otro lado, lo alejado que juega de su compañero de ataque (Diego), cuesta recordar alguna combinación entre los dos desde aquel golazo que Kiko le sirvió a Diego en la primer fecha.

Diego. 4. Igual que Kiko: lejos del gol (tuvo una sola chance y el arquero le ganó el mano a mano) y desconectado tanto de su compañero de ataque como del resto del equipo. Se intentó juntar en el segundo tiempo cuando Pachu fue por el sector derecho, pero no progresaron.

Pachu. 4. Ingresó con una furia en la cual parecía que iba a llevarse el mundo y el partido por delantero, pero de a poco se fue desinflando. Le hicieron muchos foules que generaron varios tiros libres en forma de centro, pero en ninguno de ellos los jugadores de Toco pudieron, ni siquiera, molestar a sus rivales en el despeje.

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