Torneo nuevo, vida nueva. Siempre el comienzo de un nuevo torneo trae aparejado muchas "emociones mezcladas" como dirían los grandes del Rocanrol. Ante todo, se reafirma el concepto que se repite año tras año, torneo tras torneo: el hecho de comenzar un nuevo torneo con Toco es una victoria de este grupo de entusiastas que han conformado el equipo allá por el año 2001 y que nos ha acompañado durante más de una década con grandes alegrías y excelentes recuerdos, que son los que perdurarán en el tiempo. Por otro lado, el nuevo torneo, luego del desempeño irregular presentado en el Apertura, es la posibilidad de "empezar nuevamente de cero" y buscar un mejor rendimiento, una ubicación en la tabla que nos haga sentir más orgullosos aún de nuestra pertenencia a este equipo.
El debut en el certamen no era una empresa fácil. Nos tocaba enfrentar ni más ni menos que a Jotapé, el último campeón de la Liga Calcio "A", que en ajustada definición, se llevó el Apertura de manera justa y contundente. Era una buena oportunidad para empezar con el pie derecho, provocando un golpe mediático y futbolístico, para volver a posicionar a Toco en la vanguardia del fútbol mundial.
Luego de una pretemporada que sirvió como banco de pruebas para que Dr. Perico disponga de todo su plantel y comience a delinear diversas variantes tanto tácticas como estratégicas, Toco salió a la cancha con una disposición y mentalidad nueva: se buscaba tener un equipo más vigoroso, compacto, más abocado a lograr una solidez defensiva que se fue perdiendo con el correr de los partidos, a fin de lograr, desde la solidaridad y compromiso, revertir la imagen. Y la verdad es que si medimos el desempeño comparando "lo planificado" con "lo ejecutado", el partido de Toco fue excelente. Porque se cumplió a la perfección lo pensado, lo ideado desde el banco, efectuado de manera brillante por los jugadores que son, al fin y al cabo, los verdaderos ejecutores de la cuestión.
Es cierto que la temprana apertura del marcador ayudó (y mucho) para el desarrollo del partido. Pero también se logró a partir de un error que fue forzado y muy bien capitalizado por Leo, concentrado desde el primer minuto. Fue la presión defensiva del equipo la que llevó a Jotapé a retrasar la pelota, la que produjo la patinada escandalosa de uno de sus zagueros, y fue el oportunismo del delantero lo que canjeó la falla ajena en gol propio.
Con la ventaja Toco se acomodó muy bien en la cancha. Gracias al orden defensivo y a la dinámica de sus mediocampistas, logró que Jotapé sufriera el partido. Presión, agresividad no sólo para recuperar la pelota, sino para acompañar a los delanteros, que fueron muy importantes aguantando el balón y manteniendo la posesión en ataque. Así, Toco casi que no tuvo sobresaltos en la primera mitad y preocupó con algunos contragolpes, entre los cuales se destacó una llegada por sorpresa de Ema, que no pudo dirigir bien el remate con su zurda prodigiosa.
Si el primer tiempo ya había sido bueno, el complemento no sólo que se mantuvo el nivel, sino que se mejoró. En este sentido fue importante el Dr. Perico, dosificando los esfuerzos y administrando muy bien los recursos. Las entradas de Pablo y Martín (que había quedado en el banco a pesar de ser uno de los jugadores más importantes del equipo) le dieron al equipo una bocanada de aire importante para afrontar el segundo período de la mejor manera. Y lo planeado, fue ejecutado perfectamente. Cuando Guille dejó el campo fatigado, Martín tomó la posta en la organización del equipo, secundado por el incansable Fabri, que jugó un partidazo. Fue demasiado para el campeón que, a pesar que pretendió vender cara su derrota, nunca pudo preocupar a un equipo que se jugó con seriedad, disciplina, orden e inteligencia.
El gol de Pablito, tal como el primero de Leo, fueron el claro resumen de lo que se vio de Toco: presión en la salida, concentración para detectar el posible error y contundencia para cambiar el error rival por gol propio. En este caso hay que remarcan la excelente ejecución del padre de Felipito, que mostró toda su categoría con la pelotita en los pies. Con esos fundamentos le alcanzó al equipo para lograr una excelente victoria, frente al campeón vigente y que permite arrancar el torneo de la mejor manera. Queda claro que este es el camino y si todos nos mentalizamos en este sentido, vamos a tener un equipo que juegue cada semana un poquito mejor.
LOS JUGADORES
Gordo. 7. Casi que ni se tuvo que revolcar, debido a la soberbia actuación defensiva del equipo. Pero a pesar de su poca participación estuvo muy concentrado en todo momento manejando, además, con mucho criterio, los ritmos del partido.
Jimmy. 7. Impecable actuación de este caballero de la orden británica que revalida año tras año su condición de "SIR" o "CABALLERO" inglés. Sólido en la marca, criterioso para pasar al ataque sobre todo en el Primer tiempo.
Junior. 8. Uno de los puntos altos de la victoria. Su actuación fue convicente, casi que no tuvo fallas, solamente alguna jugada aislada por "exceso de confianza". Aún así, fue inexpugnable.
Gonza. 8. Al igual que su hermano y compañero de zaga, jugó un partido que rozó la perfección. En el mano a mano lo tuvo de hijo al delantero rival, que parecía potente pero quedó insignificante ante la magnífica actuación del mocho defensor.
Tute. 7. En el primer tiempo, fue salida clara por la zona izquierda que fue donde se desarrolló principalmente el juego. Fue seguro tanto en la marca como con la pelota en los pies. En el complemento, ya como volante, tuvo algunas buenas excursiones en ataque. Pidió ser reemplazado, exhausto.
Ema. 7. En el primer tiempo preocupó con algunos desmarques interesantes por la banda derecha. Atento y bien ubicado para buscar atacar por el flanco derecho cuando la pelota venía por la izquierda. Así tuvo una chance nítida, pero su remate no tuvo la potencia necesaria para preocupar al arquero.
Guille. 7. Se lo vio generalmente bien ubicado, ayudando en la zona defensiva, y convirtiéndose en un tercer central cuando la situación lo requería. Se lo vio preciso con la pelota en los pies. Esta vez abusó un poco del juego brusco, pero gracias a su impunidad, no fue amonestado.
Fabri. 8. Una actuación consagratoria del morocho mediocampista quién dejó el carril derecho para venir a generar roña deportiva en el centro del campo. Firme en la marca, solidario con sus compañeros y criterioso para manejar la pelota fueron algunas de sus cualidades más destacadas. Además, se desmarcó muchas veces con criterio, llegando a posiciones ofensivas.
Kiko. 7. Como carrilero izquierda se mostró participativo como casi siempre, al centrarse el juego mucho por su zona tuvo muchas intervenciones, algunas bien terminadas y otras no, pero intentando desequilibrar por su zona. En el complemento, re-ingresó como delantero, y tuvo algunas buenas jugadas que no pudo terminar por no decidirse en el remate.
Nico. 8. Otro de los puntos altos del equipo. Ya jugando como delantero fue desequilibrante para los defensores rivales, los cuales nunca pudieron descifrar la combinación de su gambeta. Por derecha, por izquierda, siempre que amagó pasó. Sólo le falta tener más voracidad ofensiva, considerando al gol propio como una alternativa más que valida.
Leo. 8. El jugador que cambió el partido y, a la larga, fue la figura del encuentro. Entró bien concentrado y capitalizó una desinteligencia rival para marcar el primer gol del equipo en el campeonato. Un gol que cambió las cosas, le dio serenidad y tranquilidad a su equipo y a El una confianza notable para jugar uno de sus mejores partidos en mucho tiempo. Al igual que Nico fue indescifrable para sus marcadores que pudieron sacarle la pelota muy pocas veces en todo el partido.
Santy. 7. El recambio de la defensa cumplió con la solidez habitual. Firme en la marca, ordenado tanto defensiva como ofensivamente. Una garantía de confianza.
Martín. 7. Una jugada acertada del DT el haberlo dejado en el banco. No por que sus condiciones técnicas no lo avalen como titular (de hecho debe ser el jugador más dotado del equipo) sino porque su ingreso en el Segundo Tiempo, cuando las piernas comienzan a pesar y las ideas a nublarse, fue un cable a tierra en el momento justo y en el lugar indicado. Como volante derecho tuvo orden y cuando pasó al mediocampo, fue el organizador que le faltaba al equipo para llevar al equipo a la victoria.
Pablito. 8. Otra jugada acertada de Perico. El ingreso de Pablo, al igual que el de Martín, le dio al equipo orden táctico y, fundamentalmente, tenencia de pelota. Dueño de una técnica envidiable es muy dificil sacarle la pelota cuando la tiene en su poder: sus piernas largas y sus movimientos lentos aunque elegantes, lo hacen ser un jugador de esos que cuidan el balón como oro. Nada que envidiarle al borracho ese Riquelme. Además de todo, y como si esto fuese poco, de despachó con un golazo para definir el partido: anticipo, autopase para dejar desairado al último defensor y remate seco para vulnerar al portero rival.
EL DT
Dr. Perico. 8. Con el compromiso y la pasión de siempre, planteó un partido que le salió a la perfección. Buscó dinámica en el primer tiempo para desgastar a los rivales y en el complemento, con la ventaja parcial y el ingreso de Pablo y Martín, le bajó el ritmo al encuentro, para asegurar la victoria. Un excelente partido desde lo metódico y lo emocional.
LOS HINCHAS.
Tío. Alentando al equipo desde el minuto cero, sufrió en todo momento por el equipo. Festejó mucho la victoria.
Abuelo. Algo abatido por algún extraño microbio decidió autoexcluirse de la lista de concentrados. En el viaje de vuelta se dormía sentado, como un anciano senil.
Seby. La vuelta del barrabrava más peligroso en su jurisdicción. Llevó fuegos de artificio que denotan su tendencia violenta y sanguinaria. Cerró la tarde comiéndose una manzana roja.
Julio. El padre de Nico vino no sólo a ver el equipo sino también a cuidar y alejar a su hijo menor de las malas compañías con las que cuenta este equipo de rufianes.
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