29 de octubre de 2007

Toco 2 .Rogelio Roldan 0


En el largo camino que se transcurre cuando se busca un objetivo primordial que logra captar tanta ilusión y entusiasmo, existen diversos matices: momentos alegres, momentos tristes, aquellos días en donde la gloria parece algo cercano casi tangible y días en donde es mejor que todo pase rápido para poder hacer uso de la revancha, el placer más placentero (sic) de todos los dioses.

Desde la derrota con Gallardo, nos han venido algunas de las malas: no sólo la derrota que fue dura, la lesión de Junior (nuestro emblema y capitán) y las dudas de no poder seguir en la buena senda con la cual habíamos empezado el campeonato. Pero, demostrando la valía que se necesita los momentos claves, nos recuperamos de todo y logramos dos victorias que fueron muy importantes. Apelando a la presencia de los históricos (lease: Gonza, Tute, Luis, Tily, Guille, Berty, Kiko y Diego), aquellos que estuvieron siempre, desde el primer partido y que entienden muy bien lo que significa vestir esta gloriosa camiseta. A estos hay que sumarle a la gente que por una cuestión de temporalidad se han sumado un poco más tarde a este hermoso sentimiento (Leo, Bata, Toti, Marquitos, Mauro y demás atorrantes), y remarco la temporalidad porque, por lo menos para mi, los he sentido rojinegros desde la primera vez que los vi con la remera puesta.

Es imposible dejar de lado el sentimiento a la hora de analizar las producciones del equipo, porque este equipo se fundamenta en la mística, en el compañerismo y la amistad. Es paradójico (y hermoso) encontrarse dentro de la cancha con la misma persona con la cual se han compartido tantos momentos, tantas historias y tantas experiencias, y esta es, sin dudas, una más de todas aquellas que nos ha unido como grupo y nos han formado como personas.

Creo, sin dudas, que el primer tiempo del sábado fue lo mejor de Toco en el campeonato. Por la calidad del rival (venían prendidos en los puestos de arriba y de sacar un empate a INTI que es el potencial puntero hasta el momento) y porque teníamos que demostrar que tenemos paño para estar en la pelea por el título. Y a diferencia del sábado pasado cuando criticamos la pasividad con la que jugamos los primeros minutos, hay que destacar que entramos como 11 fieras con ganas de destruir a nuestros rivales: presionando en todos los sectores de la cancha, llegando con mucha gente al arco rival y asumiendo la responsabilidad de ir a buscar el partido, como hacen los equipos que pretenden lograr algo grande. Quizás faltaba un poco de precisión en los últimos metros, pero tuvimos una fluidez futbolística en la mitad de la cancha que ha dejado sorprendidos a los rivales. En alguna de todas estas aproximaciones Guille sacó un remate de 25 metros de otro partido, de otro torneo (y seguramente de otra persona) que se metió en el ángulo superior derecho del “Abuelo de Dibu” que, a pesar de su estirada, no pudo evitar el 1-0 parcial.

A partir de ahí se vio lo mejor de Toco: toque, rotación, llegada. Nos hicimos fuerte en una zona del campo que venía siendo cuestionada (el mediocampo) y a partir de allí de generaron las mejores situaciones: prolijo Guille para recuperar y tocar, con dos tractores por las bandas (Coby y Berty) y la movilidad de Kiko tuvimos el mejor fútbol que hemos desplegado durante todo el torneo. Merecimos mucho más, definir el partido en ese primer tiempo, lograr mayor tranquilidad y manejar el partido en el segundo tiempo.

Lamentablemente, no pudimos definir el pleito en esa primera etapa y en el segundo no pudimos mantener el ritmo. El calor y el desgaste de la brillante primera etapa, nos afectó y Rogelio Roldan, empezó a adelantarse más en el terreno de juego. El mediocampo no contenía como en la primera etapa y, a pesar de que existían espacios, no estábamos finos para la contra. En ese momento surgió la figura de la defensa y el Gordo, que dieron seguridad en los momentos en donde cedimos el dominio del partido y Rogelio se empezó a acercar peligrosamente a nuestra área. Impecable Leo en su función de libero, bien acompañados por los siempre eficientes Tute, Gonza y Luis. Y en uno de los tantos contragolpes con los que contamos pudimos afinar en al definición y Batata, con un remate bajo, estableció el 2-0 que nos permitió definir el partido.

A partir de ahí, Toco se floreó ante su gente, haciendo rotar la pelota. Con el ingreso de Marquitos, la pelota comenzó a pasar por sus pies y con su sabiduría y talento comenzó a marcar el tiempo del equipo en un partido que estaba por demás controlado. Se acercaba el final del partido y cuando el equipo rojinegro estaba preparado para festejar esta difícil victoria, otra vez la violencia empañó la fiesta del fútbol: Kiko entró en un innecesario rifirrafe con el 9 rival y terminaron pegándose mutuamente generando una gresca generalizada entre los dos equipos que no pasó a mayores por la intervención de varios de los jugadores que intentaron apaciguar las aguas, sino se estaría hablando de un hecho con connotaciones policiales. Hay que tener en cuenta que si estamos peleando ahí arriba muchos equipos inferiores a nosotros nos van a venir a tratar de “ensuciar” el partido y hay que estar tranquilos y cerebrales para no entrar en eso, primero porque nosotros vamos a jugar al fútbol y no a cagarnos a piñas y segundo porque sería una pena que un momento de calentura nos prive de todo lo que venimos consiguiendo hasta ahora.

A pesar de los hechos de violencia del final, será importante no olvidar el meritorio triunfo que logramos, ante un rival complicado que está peleando arriba que venía en una senda victoriosa. Jugamos con personalidad, con concentración y demostramos que estamos a la altura de la circunstancias. Hay que seguir por el mismo camino, sabiendo que vamos bien, que estamos en carrera, pero que hay mucho por delante.

Puntajes:

Gordo. 6. Arquero de mil batallas. Cowboy de duelos, noches y putas demostró toda su vigencia y personalidad. Volvió un día al arco de Toco como si nunca se hubiese ido: dio indicaciones, manejó la defensa, se peleó con los rivales y demostró que está pasando por un excelente momento. Impecable como siempre con el pie, lo exigieron poco pero siempre respondió con seguridad.

Tute. 6. En el primer tiempo formó un tandem con Coby por derecha que fue lo mejor del equipo. Se complementaron bien, se relevaron mejor y generaron juntos pasajes de buen fútbol. En el segundo tiempo, con el resultado a favor, resignó un poco de su vocación ofensiva, pero cerró su lateral mostrando su prestancia para la marca.

Leo. 8. Independientemente del puesto en donde se desempeñe, Leonardo nos va acostumbrando a dar clases de cómo debe jugarse al fútbol. Juega con el “manual futbolero” metido en la media y cuando tiene que intervenir en las jugadas lo consulta y lo aplica de la mejor manera. Impenetrable como el Everest para el juego aéreo, exacto como un cirujano para llegar a los cruces y fino como un caballero para darle ese toque estético a sus jugadas. Crece partido tras partido cumpliendo con la difícil misión de reemplazar momentáneamente a un emblema como Junior.

Angel. 7. Lo del él es el juego sucio, ese que pocos ven, el del overol, la cara sucia y su guerra personal con el 9 contrario. Esta vez le tocó afrontar su duelo semanal con un delantero alto (muy alto), un poco tosco, pero bastante mañoso. Una vez más, nuestro héroe resultó victorioso. Entiende el concepto de no dejar girar a su rival en cuestión, de practicarle una marca asfixiante y cuando lo pasan no se pone colorado a la hora de tirarle uno de sus famosos teledirigidos a la rodilla. Lo cierto es que el 9 no le ganó una vez, lo anuló y hasta se dio el lujo de tener algunas salidas elegantes.

Luis. 6. Se dudaba de su presencia: su última participación dentro de la cancha se había caracterizado por la violencia de sus intervenciones, terminado, lógicamente, expulsado. Se comentaba de que iba a recibir una fuerte sanción deportiva, civil y penal, pero el chacal gozó del indulto y salió a la cancha. En el primer tiempo realizó un trabajo táctico interesante: al no haber un rival que ataque por su sector se sumó a la mitad de la cancha para ayudar a Guille en la marca del enganche contrario y lo hizo con mucho criterio. En el segundo tiempo se dedicó a marcar su lateral y lo hizo con la eficiencia de siempre.

Coby. 6. Fue sorpresa su inclusión como volante derecho: cuando el crédito de Senillosa y Asamblea tenía todos los boletos para ir al banco, el entrenador se decidió por el para jugar como volante derecho. Y vaya si aprovechó la oportunidad: durante los primeros 25 minutos mostró lo mejor de su repertorio, ese que le permitió que lo cataloguen como un verdadero “tractorcito” que lo lanzó a la fama. Tuvo su momento de gloria cuando recorrió mas de 10 metros con la pelota quedando cara a cara con el arquero rival, pero su definición fue bastante mala. Sintió en impacto psicológico de esa jugada y su nivel mermó un poco. En el segundo tiempo se retiró aplaudido por la parcialidad rojinegra, dado que se vuelve a Comodoro Rivadavia para jugar en la CAI.

Guille. 8. Un excelente partido del experimentado mediocampista rojinegro. Firme en la marca y bastante más ordenado que de costumbre tuvo un gran primer tiempo siendo preciso en la distribución y punzante en algunas pelotas a espaldas de los defensores contrarios. En el segundo tiempo sintió un poco el desgaste, pero sin embargo aportó voluntad y quite en el mediocampo. Además, aportó con un golazo: un bombazo de 25 metros que se metió en el ángulo superior derecho del arquero rival.

Berty. 7. Su reemplazo en el entretiempo del partido anterior le había generado malestar: acusó a su entrenador de exponerlo como chivo expiatorio, de condenarlo por su constante exposición mediática y su fugaz carrera política. Pero lejos de las declaraciones explosivas y el conventillo, el carismático volante volvió a mostrar que es un ejemplo para los que recién arrancan en esto del fútbol: entrenó fuerte en la semana, trabajando duramente y esperando nuevamente su oportunidad. Y el sábado volvió a confirmar que está en uno de los mejores momentos de su carrera. Tuvo un primer tiempo de lujo: cada vez que arrancaba con pelota dominada a espaldas de su marcador generaba terror en la defensa contraria. Su capacidad de dribleo, su fuerza y su inesperada velocidad fueron demasiado para sus marcadores. Su jugada más vistosa fue luego de una excelente acción individual: encaró al lateral derecho con el desparpajo de un adolescente, se perfiló para su perfil y metió un remate que sorprendió a propios y extraños. Lamentablemente, el arquero se lo contuvo, pero fue la jugada más aplaudida de la tarde, inclusive por encima del golazo de Guille. En el segundo tiempo, sufrió un problema en uno de sus tobillos y se fue reemplazado, ovacionado por la parcialidad que lo ama.

Kiko. 6. Por el episodio del final del partido podemos distinguir su rendimiento entre el ámbito futbolístico y el extra futbolístico. Si analizamos lo estrictamente futbolístico podemos llegar a la conclusión de que Santiago jugó su mejor partido del año. Se apostó por incluirlo como enganche, delante de la zona de volantes y acompañando a los delanteros y entendió a la perfección cual era su rol: ofensivamente desniveló con su movilidad y su precisión y hasta tuvo algunas llegadas al área rival, y defensivamente colaboró en la presión en el mediocampo y fue voluntarioso para marcar en zona al volante central rival y no dejar que el juego pase por sus pies. Sin dudas, uno de los puntos más altos del equipo. Extra-futbolísticamente, “El Eric Cantoná de Caballito” fue protagonista del episodio que empañó la victoria: reaccionó infantilmente ante la prepotencia del rival de turno ganándose una tarjeta roja que lo puede marginar de los próximos partidos en un partido que estaba totalmente definido. Esperemos que no vuelva a suceder.

Diego. 6. Esta vez no tuvo la precisión de otros partidos: a pesar de contar con un buen número de situaciones de gol no pudo dejar su nombre marcado en la red. No tuvo la movilidad de otros partidos, pero en el segundo tiempo, cuando se generaron los espacios, fue importante para desnivelar con su habilidad y velocidad. Esperemos que siga por la senda del gol para poder tenerlo en lo más arriba de la tabla de goleadores.

Batata. 6. A pesar de su innegable potencia y velocidad, a veces se lo vio empeñado en demostrarlo en todas las jugadas y así perdió ese factor sorpresa que debe tener, porque una cosa es encarar con velocidad y fuerza y otra muy diferente es “chocar” ante los defensores. No fue de sus mejores partidos, pero tuvo algunos destellos de su gran categoría y marcó, luego de un rebote, el gol que definió el pleito. Otra cosa para remarcar tanto a él como a Diego: forman una de las sociedades más importantes del torneo, pero el otro día jugaron muy separados uno del otro (Diego por derecha y Bata por izquierda). Sería mejor que jueguen más juntos y que se busquen para desnivelar.
Mauro. 5. Luego de haber estado en la clandestinidad como los Montoneros en los 70’s, volvió Mauro, un jugador que había ilusionado a la parcialidad rojinegra con su potencia y su calidad. Evidentemente, sintió el tiempo de inactividad y no mostró su mejor versión. Sería bueno que pueda seguir siendo parte de los convocados para volver a recuperar el nivel que supo tener.

Marcos. 6. La figura estelar del partido pasado esta vez, sorprendentemente, no fue de la partida: se comenta que su excelente actuación del encuentro anterior fue festejado de manera exagerada por él y su entorno. Se lo vio en una fiesta de egresados rodeado de húmedas adolescentes hasta bien entrado la madrugada, esto llegó a los oídos del entrenador y lo dejó al margen del once inicial. Entró para los veinte minutos finales y volvió a mostrar que se trata de un jugador claro, inteligente, solidario, que cuando juega lo hace en puntas de pie como una bailarina clásica, pero que cuando es necesario se pone el traje verde oliva, se pinta la cara y está listo para el combate. Un jugador completo, que se ganó el respeto y la admiración de la afición.

Sergio. 6. Entró en lugar de Luis como lateral izquierdo. Su comienzo no fue el mejor: no pudo controlar un pase del Gordo y la pelota terminó en el lateral ante la atónita mirada de sus compañeros, sus rivales y todos los presentes en el predio. Pero se recompuso de ese titubeante comienzo y se afianzó como lateral. El broche de oro fue un taco delicioso, de otro partido.

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