23 de octubre de 2011

Clausura 2011: Toco 2 - La Academia 1

En un partido épico con muchos condimentos picantes, Toco logró una importantísima victoria por dos tantos contra uno contra el histórico equipo de La Academia, dando vuelta en el segundo tiempo un partido que se recordará por un tiempo. Diego y Abuelo marcaron para los dirigidos por Fari, que terminaron con uno menos por la expulsión de Fer. Delirio en la afición que apoyó al equipo de forma masiva y festejó el triunfo hasta altas horas de entrada la madrugada.



Epico. A pesar de la importancia del resultado ante un rival directo y en condiciones muy adversas, es necesario rescatar, ante todo, la entrega del equipo. Hoy se trató de un triunfo grupal: sin estrellas, sin egocentrismo, asumiendo cada uno su lugar dentro y fuera de la cancha. Por eso el orgullo de haber logrado una victoria valiosa ante un rival experimentado, de larga data en la liga, que se puso en ventaja gracias a un gol de otro partido (quizás de otro campeonato) pero que se vio sometido ante la garra y actitud de las huestes rojinegras, que con tezón y optimismo dio vuelta un partido que se presentaba desfavorable.

Ya desde la inciación del cotejo, el mismo denotaba que estábamos ante un encuentro parejo, de principio y final abierto, entre dos equipos que no iban a poder sacarse mucha ventaja, de acuerdo a la paridad que existe entre ellos. Empezó mejor Toco, iniciando su juego a partir de la zurda prodigiosa de Nico, quién como volante central era el encargado de iniciar las jugadas del equipo. Un jugador de su categoría jugando decididamente en campo rival es peligroso para cualquier equipo. Así, el conjunto rojinegro tuvo una chance en los pies del Kiko apenas iniciado el partido, pero el ariete no pudo vencer al arquero (un Wally Martinez Gullota con algo de sobrepeso) que lo atoró hasta dejarlo sin posibilidades de definir como El sabe hacerlo. Con el correr de los minutos, Toco fue perdiendo dos elementos que en el fútbol resultan trascendentales: posesión y territorio. Así, Nico dejó de jugar en campo rival y con la pelota bajo su suela, para jugar en campo propio corriendo desesperadamente a los rivales. La Academia emparejó el partido contando con alguna que otra chance bien resuelta por el Gordo, con la prestancia que lo caracteriza. Con la desafortunada lesión de Koke, Ema fue a la cancha con la firme intención de armar un equipo más corredor. Toco mejoró parcialmente y hasta pudo lograr la ventaja gracias a un bombazo de Tute que pegó en el palo y recorrió toda la línea del meta rival. Acto seguido, el Número 4 de La Academia respondió con artillería aun más pesada: bombazo similar que en lugar de pegar en el palo, se clavó en el ángulo superior derecho del arco rojinegro. Cosas del fútbol, cosas de la vida.

En el complemento, ya con viento a favor, Junior se adelantó 10 metros en el terreno y el equipo comenzó a jugar dónde debe hacerse en el fútbol: campo rival, con presión y determinación para copar la parada y buscar el empate. Sin fútbol ni claridad, Toco asumió la responsabilidad de querer empatar y ganar el partido. Se intentó por la banda izquierda, dónde Tute y Ema armaron un lindo tandem. En una de las tantas jugadas iniciadas por ese sector, Kiko exigió a un defensor rival quién cometió un error tan infantil como trágico: servirle la pelota a Diego en la puerta del área. El pequeño gran goleador aprovechó el regalito, y sin dudar sacó su talonario de facturas y ,con IVA incluído, metió un derechazo demoledor para encontrar el empate. El partido comenzó a transitar momentos de alta tensión, jugado con mucho tezón adentro, mientras que los seis litros de cerveza ingeridos y los embutidos de la picada de Pachu comenzaron a transformar a los simpatizantes de Toco en inapdatados "hooligans".

Desde el banquillo, Fari mostró que la receta para ganar el partido iba a tener que ver con el equilibrio y la tranquilidad, aprovechando al máximo las situaciones que se podían llegar a tener, pero sin hacer locuras. Por eso, apostó por el cambio de nombres (Luis por Cobany, Fer por Nico y Abuelo por Kiko) manteniendo la misma estructura que se había impuesto hasta el momento. Y el fútbol volvió a darnos una lección sobre lo vital que es la contundencia. Primero, lo tuvo La Academia en los pies de su número 2, quién sin marca, y solo dentro del área, tiró la pelota inexplicablemente afuera. Acto seguido, Diego guapeó una pelota por izquierda, ganandola por potencia y le servió el gol al Abuelo, quien se tomó todo el tiempo del mundo para engrosar su cuenta personal de goles importantes. Un premio al optimista de la vida, siempre dispuesto, siempre feliz, muchas veces determinante.

Los minutos que fueron desde el gol del Abuelo hasta la finalización del cotejo fueron de una intensidad emocional inhabitual. Primero la lesión de Diego, quién sintió un pinchazo en su pierna luego del desborde del segundo gol, después la expulsión de Fer (por causas poco clara) dejó a Toco con 9 1/2 hombres con la necesidad de sostener la ventaja. Lejos de los conceptos posmodernos de "defensa con posesión de balón" y giladas similares, Toco apeló a la resistencia heroica, jugando con el corazón en la mano, con un alto grado de emotividad, tratando de darle a la victoria un tinte épico. Se agigantaron la figura del Gordo y Junior (verdaderos gladiadores de estos tiempos) y todos dieron lo máximo para mantener la victoria. Hasta Batata deslumbró con una de las jugadas más tribuneras que se vio en el fútbol de todos los tiempos, cuando pateó la pelota tan alta que le permitió hacerse un autopase espectacular que produjo el delirio de la gente que a esa hora, entre tanto alcohol y efusividad, ya jugaba "su" propio partido.

La Acedemia tuvo chances para lograr el empate, pero siempre aparecía algún heroe para evitarlo: intervenciones determinantes del Gordo, cierres milagrosos de Junior, coberturas magníficas de Tute, todo eso hizo posible que Toco se asegurara un triunfo valioso de cara de lo que viene. Así fue que, cuando el árbitro decretó la finalización del partido, jugadores e hinchas se fundieron en un abrazo inolvidable. Se había ganado otra batalla, contra todos, ante un equipo fuerte vengando la abultada derrota del torneo anterior. Fue un partido exigente, glorioso y una victoria que se va a festejar en gran parte de la semana. Un partido bizagra para darse cuenta que cuando Toco quiere, Toco puede.

Goles.
1-1. Diego. Error garrafal del defensa rival que, ante la exigente presión de Kiko, hizo caso omiso a los manuales del futbol tirando la pelota hacia el medio del área con tanta mala suerte (para El, buena suerte para nosotros) que le quedó a Diego servida a la altura de la medialuna. Derechazo y empate.

2-1. Abuelo. Pelota larga dividida ente Diego y el robusto defensa rival. Como en la historia biblia de David ante Goliat, el petiso hizo gala de su carromatito con 0% grasas trans para ganar la posición, desbordar y asisitir al Abuelo. El profeta de la alegría frenó, levantó la cabeza y definió como los grandes.

Puntajes.

Gordo. 9. Puntal fundamental de la victoria, gracias a sus intervenciones siempre justas y necesarias. En el primer tiempo ganó un mano a mano de manera poco convencional, barriendo y atorando al delantero rival. Despues fue uno de los abanderados de la resistencia final, cerrando la persiana del arco y aplicando el derecho de admisión ante todos los intentos del rival.

Cobany. 7. Por la lesión de Jimmy, tuvo que salir a la cancha desde el minuto cero aun sin estar recuperado al 100% de su lesión. Se le nota que le falta en lo físico y lo futbolístico, pero con experiencia y madurez, logró cumplir con una correcta labor. Fue fundamental la ingesta de un pedacito de queso a los 20 minutos, dado que el lacteo le dio entereza para afrontar sus minutos de juego.

Junior. 8. Otro de los puntos altos del equipo. En el primer tiempo jugó un poco retrazado debido, quizás, al importante viento que soplaba en contra del arco de Toco. Para evitar quedar desacomodado prefirió acercarse más al Gordo y su rendimiento individual fue muy bueno para sacar todo de arriba y de abajo. En el complemento, se adelantó en el campo (tal como le había prometido a sus compañeros) y ayudó a que el equipo mejore. El siempre se mantuvo en un nivel superlativo.

Gonza. 7. La vuelta del baluarte de la comisión luego de un par de semanas ausencias producto de motivos muy poco claros. Tuvo un duelo especial con el 9 rival y no fue superado, lo controló, estando oportuno en el mano a mano y en el anticipo. Salió en el segundo tiempo y enseguida se refugió en la birra, uno de sus grandes amores.

Tute. 7. Otro jugador que volvía de una lesión que lo había marginado las últimas semanas, pero, en el caso de Tute sabemos de su regularidad y rendimiento siempre constante. En el primer tiempo se lo vio algo erratico en los pases, producto lógico de la inactividad, pero aun así casi marca un golazo con un bombazo de afuera del área que pegó en el poste y no se metió de milagro. En el segundo tiempo, se comió la cancha, marcando con mucha solvencia (tuvo algunos cierres fundamentales) y proyectandose con criterio.

Fabricio. 8. Su llegada ha sido, sin dudas, una de las gratas sorpresas de Toco en el 2011. Particularmente, creo que está en otro nivel. Naturalmente marcador de punta derecho, a este nivel le alcanza para jugar de 8, de 4, de 7 y cuidar a su perro Quique, todo al mismo tiempo. Marca, juega, hace bien los relevos, aporta en ataque. Como el mejor Coudet, pero sin venta de humo.

Nico. 7. De mayor a menor. Arrancó bien, muy activo, pidiendo la pelota y dandole siempre un destino correcto. Cuando el equipo jugó en campo rival, hizo gala de su zurda de niño prodigio, siempre elegante. Cuando el equipo no tenía la pelota y se refugiaba en su propio campo, le costó debido a la diferencia física con rivales que le llevaban más de 15 años. Igual, lo suyo es más que sorprendente.

Batata. 7. De menor a mayor. En el primer tiempo se lo vio perdido, sin tomar contacto con la pelota y sin poder hacer la diferencia que un jugador de su categoría debe hacer. Como volante izquierdo jugó muy abierto y adelantado, cuando el partido pedía jugar más cerca de Nico y más retrazado. Cuando pasó al medio deambuló en la cancha, con algunas intervenciones destacadas. Ahora bien, sus últimos 20 minutos volvieron a ser emocionantes. Evidentemente, es uno de los jugadores que mejor está fisicamente, parece el conejito de Duracell que sigue corriendo cuando sus colegas están muertos. Mención aparte para la jugada más tribunera de la historia: autopase por elevación como en el rugby, ahí nomas de la parcialidad rojiengra que se volvió totalmente loca.

Koke. 7. La única mancha negra del partido. No por su rendimiento que no fue malo, sino por la lesión sufrida en la clavicula derecha. Tras un saque de meta, el enganche fue a buscar el balón y sufrió una traicionera toma de un rival que lo hizo caer con todo su peso sobre su hombro. Placa, hielo y antiflamatorio para el exquisito volante rojinegro.

Diego. 8. Determinante. Con la participación justa en cada momento clave del partido. Primero para aprovechar el regalito del defensa rival y marcar el empate. Y después para corajear una jugada que parecía perdida, sirviendole el gol al Abuelo para el gol definitivo. Para finalizar, a pesar de un tirón sufrido en esa jugada, siguió jugando dando lo de siempre y más por la causa. Siempre importante, siempre letal.

Kiko. 7. Con voluntad y oficio se ha erigido como uno de los jugadores más relevantes del equipo. Perdonen los otros delanteros del equipo, pero así como no me imagino a Toco sin Diego, hoy por hoy no me imagino a un Toco sin Kiko. Referencia absoluta del ataque, siempre se muestra como descarga para tener la pelota y permitr que el equipo descanse y tome posiciones en campo rival. Tuvo dos intervenciones determinante: al principio del partido con un buen desmarque pero mala definición ante el golero rival y como actor intelectual del primer gol, presionando al defensor y forzando al error bien capitalizado por Diego.

Ema. 7. Correcta labor de este potente zurdo que partido tras partido muestra su importancia dandole al equipo una interesante variante tanto en defensa como en ataque. Esta vez le tocó jugar como carrilero y mostró que está en condiciones de aportarle al equipo fuerza, determinación y una zurda más que picante. Otra grata revelación.

Muro. 7. Ingresó para darle continuidad a la disputa que Gonza ya tenia con el 9 rival. Lo sometió al rigor físico que nos tiene acostumbrado. Vital en la resistencia del final, despejando cualquier pelota que pasaba cerquita de su zona.

Luis. 7. Solido y convincente, su ingreso permitió darle al equipo algo de aire por las bandas, reemplazando a un Cobany que ya estaba cansado, como el Homero de Viejas Locas. Sacó todo de arriba haciendo gala de su juego aéreo y tuvo una dura discusión con la parcialidad rival que lo apodaron "Cabeza de Rodilla", un sobrenombre algo pasado de moda.

Fer. 6. Casi no tuvo la posibilidad de hacer valer su juego en un partido muy caliente. Tuvo algunos toques, pero por culpa de un rifirrafe poco claro, tuvo que dejar la cancha expulsado sin poder ser parte integrante de la resistencia final.

Abuelo. 8. Creo que desde que se me ocurrió esto de escribir los comentarios del equipo, nunca se me hizo tan dificil describir a un jugador. Por un lado, la subjetividad del cronista marca un apego emocional con el Abuelo por la buena predisposición de siempre, cada vez que viene a los partidos se lo nota feliz y ocntento, le toque jugar 80, 40, 20 o 10 minutos. Por otro lado, a pesar de sus limitaciones, se ha consagrado en el equipo marcando goles inolvidables: se lo recuerda por un hat-trick inolvidable (cuando la gente lo pidió para la selección), por dos goles vitales en un clasico ante Liverpool y ahora para abrir un partido picante, caliente, que se quería ganar a toda costa. Se alimenta del mito del "delantero en cámara lenta", lo suyo tiene que ver con el destino, estar en el momento justo en el lugar adecuado. Se lo merece por su hombría de bien.

Hinchada. 10. Brillante partido de la afición rojinegra. Primero, cabe destacar la gran cantidad de gente que se hizo presente en el predio a pesar del frío y una lluvia amenazante. Por otro lado, fue absolutamente fabulosa la picada que armó Pachu para que la gente pueda ver el partido mientras saboreaba de una delicatessen: lejos de la improvisación, se presentó una picada de "grandes ligas" con todo tipo de lacteos, embutidos y leberbush, el fiambre que los alemanes comen durante la copa del mundo y que le permitió al Abuelo ser el rey de la tarde. Paralelamente, otro grupo vinculado con la comisión acercó un pack de 12 botellas de medio litro de cerveza, que le pusieron a la afición los 6 litros de "chavacana" justo para pedir la hora desde mediados del segundo tiempo. Si bien los partidos se juegan y se ganan en la cancha, la efusividad de la afición hizo su aporte para el logro de semejante epopeya. El triunfo de todos.

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