Sin dudas, de un tiempo a esta parte, los futbolistas profesionales ya forman parte del staff estable de la farandula nacional. Romances, fanaticas, popularidad y botineras, son los ingredientes de un cóctel explosivo que abarca a los jugadores de todos clubes sin distinción de colores, raza, sexo o religión. Quien escribe ha presenciado fiestas de 15 dónde Martín Palermo fue contratado para bailar el vals con la cumpleañera, o bien también se comenta que el mismísimo Ariel Ortega concurría a festividades de gente pudiente para mostrar sus condiciones de bailarín del altiplano, cuando el Folklore, Soledad y su poncho hacían estragos en las fiestas.
Aprovechando el parate futbolístico producido por la lluvia y para seguir alimentando la imagen del equipo (desdibujada, oscura pero paralelamente simpatica y popular), los jugadores del plantel de Toco han puesto en marcha esta nueva modalidad en la cual, con el esponsoreo de Jameson (el whisky preferido de Il Capitano Junior), el grueso del plantel asiste a cualquier fiesta o evento, con la finalidad de animarlo y crear un ambiente de unión, amistad y compañerismo. Lejos de las cifras extramboticas que deben manejar los muchachos de primera división, los jugadores rojinegros son mucho más accesibles: con embutidos y algún que otro pedazo de carne para los más exigentes, estos muchachos aparecen en cualquier lado, a cualquier hora.
Así fue como que el numeroso plantel se encargó de copar las coquetas instalaciones del Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, para participar del festejo de uno de los suyos: Batata. La reunión se establecía dentro de los parámetros normales (carne, dialogos fluidos, equilibrio natural de "número de hombres y número de mujeres", etc) hasta que aproximadamente 18 personas (entre jugadores, directivos, hinchas y allegados) se hicieron presente en los quinchos para acompañar al veloz delantero en el aniversario de su natalicio. La presencia tenía todos los rasgos de un movimiento popular: masivo, espontáneo e impredecible.
Cuando la comida, el alcohol y demas yerbas empezaron a hacer efecto, el comportamiento de los miembros de la plantilla rojinegra comenzó a sorprender a propios y extraños. Cada personalidad, dentro de su lugar, aportó su granito de arena para que la fiesta de cumpleaños de Batata sea realmente inolvidable. Primero se comenzó a crear un importante clima etilico, dónde el Whisky, el Gin y el Fernet fueron los elementos determinantes para descontrolar a las masas. Así empezaron a desfilar una serie de ocurrencias que le dieron a la festividad un grado de delirio bastante importante. Todo comenzó con el canto del "Feliz cumpleaños", en dónde, entonando una novedosa versión de la marcha peronista, los jugadores le ofrecieron a su compañero Batata toda su calidez y cariño. Y ahí nomás empezar con una serie de actos que fueron el plato fuerte de la noche.
Primero fue el turno de Diego, contando algunas de sus anécdotas futbolísticas y cuando declaró al ignoto Nicolás Frate como "el mejor delantero que vio en su vida" la gente de Toco lo adoptó como un ídolo de toda la vida, aún no viendolo jugar. Se lo vitoreó como a los grandes jugadores de todos los tiempos, y este muchacho, desconcertado por tanta demostración de cariño, no supo ni qué ni cómo responder. Después se siguió adelante con el show, en dónde los integrantes del plantel entonaban cánticos (mucho de ellos sin sentido) por el sólo hecho de pegarle fuerte a la campana de la parrilla y hacer un ruido que penetró en la silenciosa noche de GEBA. Paralalemante, El Gordo y Matute hacían alarde de sus dotes de "galanes maduros", charladno con las chicas del lugar. El resto, se mantenía en la oscuridad de siempre, tan buscada y respetada por este grupo. Para finalizar, y ya como cororario de una noche especial, hizo su presentación el ya famoso "morcillean wizard", este mago ilusionista, heredero de los mejores trucos del viejo Teatro negro de Praga, que se dedica a deleitar a los presentes ingiriendo grandes cantidades de embutido proveniente de la sangre vacuna coagulada, que presenta un doctorado con honores en la "Universidad del Bajón".
Con esto, el grupo creyó cumplida su misión de divertir y divertirse, en un ambiente de jolgorio muy sano y festivo. Algunos siguieron la movida en la zona de Palermo, otros prefirieron ir a dormir aprovechando este fin de semana libre, para descansar y arrancar la semana con todo. A falta de asado de mitad de año, era necesario un evento así: masivo, divertido y peronista. Seguramente será el impulso para seguir adelante con esta segunda mitad del 2010 que promete tener un final de novela.
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