21 de marzo de 2009

Aprobado (menos)
















Toco 1 – Liverpool 3.

El resultado fue injusto. Más allá del “score” final, creo que Toco ha vuelto a mostrar cosas interesantes. Se falló, es cierto. Y se falló en donde se definen los partidos: las áreas. Poco, también es cierto, pero se falló. Se falló para capitalizar las situaciones de gol con las que contamos y se falló en el objetivo de mantener nuestro arco en cero. Después discutimos si fue por mala fortuna o errores propios, pero fallamos.

Si tenemos que describir el partido podemos decir que Toco tuvo el control del partido en todo momento. A partir de una destacada actuación del Toti como número cinco, bien complementados por una defensa segura y bien parada, dos incansables laderos (Sicario y Lavezzi) y tres delanteros movedizos e inquietantes. Desde el primer minuto Toco salió a jugar el partido en campo contrario. Con criterio, con orden e inteligencia. Se armaron buenas sociedades en el mediojuego y en el ataque. Pero fallamos en el área, donde no hay que fallar. Y puedo ser reiteretivo en esto, pero fue cierto. Porque contamos con tres chances bastante claras de gol, luego de buenos movimientos colectivos y no pudimos traducir estos buenos desplazamientos en goles.

Liverpool en cambio, era un fantasma del equipo que alguna vez fue. Con poca gente en ataque, dependía de lo que podía hacer su número 11. Pero, el fútbol tiene estas cosas y en el primer ataque a fondo, se encontraron con el primer gol del partido luego de un apresurado cierre de Sicario que terminó contra propia meto. Sin embargo, Toco reaccionó, o mejor dicho, siguió haciendo lo que venía haciendo, dominando el partido. Y el premio llegó, luego de una buena jugada entre Pachu y Emi, que encontró a Kiko para mandar la pelota a la red en las barbillas del arco. Era un primer tiempo para terminar ganando, y nos fuimos únicamente con la mitad del botín.

Los primeros minutos del segundo tiempo se asemejaron mucho al primero. Toco bien parado en defensiva, con corte en el medio y movilidad para causar problemas en la última línea. Lo tuvo Emi, luego de un gran centro de Kiko, pero el arquero se mostró seguro. Y cuando parecía que Toco tenía todo para ganar, ocurrió lo peor: el golpe que nos dejó fuera de combate. Un lateral que parecía ser inofensivo y una gran acción individual del 11 rival, que con un sombrero giró dentro del área, definiendo de manera magistral al palo más lejano del Gordo. Nos podemos quedar con la injusticia, pero mejor pensamos que el fútbol es así: no sabe de merecimientos, gana el equipo que más mete la pelota en arco rival, y en ese sentido íbamos 1-2. La reacción de Toco fue instantánea, como aquellos grandes boxeadores que reciben un castigo y lo asimilan: fue a buscar el Knock Out, a pesar de haber recibido un golpe duro, y pudo empatar: lo tuvo Lavezzi, cara a cara con el arquero, pero la mandó apenas desviada. El fútbol tiene estas cosas, señores: lo importante es haber podido generar las ocasiones para matar, aunque no hayamos matado.

Después de esa jugada puntual, Toco se desdibujó. Toti sintió el desgaste y lo suyo, que había sido maravilloso durante todo el partido, cayó en caída libre. Emi ya no preocupaba tanto y tanto Pachu como Kiko estaban fundidos. Lo buscó el Capitán con los cambios: apostó a la velocidad de Eber y El Abuelo, pero no pudieron imprimir su vértigo y Toco quedó huérfano de ataque. Cuando Toco esperaba los últimos 5 minutos para buscar el empate heroico, recibió otro golpe que lo dejó, ya si, fuera de combate: un tiro libre preciso del 11 rival que fue imposible a pesar de la estirada poco convencional del Gordo. Era el golpe del final y la definición del partido.

Los últimos minutos se vio un Toco ya sin ideas ni aire chocando más que pensando. Pero me quedo con los anteriores 60 minutos, en donde se vio un equipo compacto, inteligente con ambición de ir a buscar el partido. Queda un campeonato largo, 18 fechas en donde todo puede pasar. Lo importante es seguir por el mismo camino, intentando jugar, siendo un equipo solidario. Hoy todos dimos una mano: algunos para marcar, otros para mostrarse, otros para jugar y atacar. Se jugó en equipo. Se perdió, y al fin y al cabo, es lo que cuenta, pero debemos saber que vamos por el buen camino, con una idea clara que seguramente nos llevará por el camino del éxito.

Puntajes

Gordo. 6. Tuvo una gran intervención en la primera jugada del partido, con un mano a mano, la especialidad de la casa. Después se lo notó siempre seguro, no teniendo responsabilidad en ninguno de los goles.

Cobany. 7. En el día de su cumpleaños el marcador lateral de la Policía Federal Argentina, se regaló (y nos regaló) una actuación destacada e inolvidable. En la marca fue impasable: ganó todas las divididas y estuvo siempre bien parado. Esta vez no pasó al ataque en todas las jugadas, sino que lo suyo fue con sorpresa y determinación. Como debe hacer un gran lateral.

Guille. 6. En los minutos que estuvo en cancha estuvo siempre bien parado, ordenado y ordenando a toda la defensa. Su voz de mando comienza a ser clave en los últimos metros de la cancha, donde maneja al resto de la defensa como su feudo, encargándose él de relevar los problemas que pueden llegar a surgir. Una traicionera lesión no lo dejó completar el partido.

Gonza. 6. Estando en el medio de la tribuna rojinegra, algún poeta perdido, de esos que inventan comparaciones ocurrentes e imperdibles, tiró una: “Mira Angel, parece una combi Wolkswagen, de esas que arrancaban en siempre en Tercera”. Mi tío tuvo una de esas combis y nunca lo dejó a gamba. Angel lo mismo: no tendrá primera, mucho menos segunda, pero el tipo nunca te deja a gamba, escoge una victima y arremete todo tipo de crueldades y atrocidades con un solo objetivo, NO PASARAS!.

Tute. 6. El capitán de los chicos sanos y dedicados a la vida conceptual y espiritualidad. Dentro de este grupo de bardos es el complemento justo: siempre impecable, siempre puntual, siempre sobrio y siempre disponible. En la cancha volvió a mostrarse impasable como en sus mejores tiempos: ya sea de 2 o de 3, se olvidó de atacar desordenadamente, sabiendo que lo suyo, cuando es por sorpresa, es realmente bueno.

Sicario. 6. El hombre de Europa del Este. Áquel que creció entre los “soviets”, la KGB y el comunismo. Las pocas palabras que sabe y entiende de español, lo hacen aún mas siniestro. Un personaje fuerte, un autoritario de la punta derecha, que partido tras partido patrulla su zona con la misión de exterminar todo lo que le pase cerca. Ah, y además juega.

Toti. 8. Si Frank Sinatra jugaría al fútbol sería como él. Un tipo que derroche calidad con sólo caminar, que derrocha más calidad cuando corre, imagínense cuando juega al fútbol, es un derroche de talento. De repente situaciones lo encontraron sólo en el lugar donde se maneja el partido, el centro del campo, y Toti juega, hace jugar, marca, mete pases gol, se pelea. En fin, hace todo. Como lo hacía hace 4 años cuando se puso la rojinegra y firmó un pacto futbolero con la gente, que lo idolatra y lo ama como a pocos jugadores. Felicitaciones Matías, tu papá y tu mamá deben estar muy contentos con vos.

Lavezzi. 6. Otro personaje siniestro. Un asesino con cara de nene bueno que aprovecha cada oportunidad que tiene para demostrar su instinto asesino. Fuera de la cancha es un personaje simpático, hasta pintoresco, pero cuando ingresa en el verde césped se transforma y muestra una agresividad despiadada para jugar al fútbol. Ojo, que no se confunda agresividad con pegar patadas, me refiero a la agresión como sentido positivo: duro para chocar, agresivo para atacar y despiadado para vomitar, en medio del partido un kilo y medio de arroz que servirían de comida a muchos comedores escolares. Tuvo la oportunidad de matar a su oponente: cargó el arma, jaló el gatillo, pero se arrepintió al momento de cometer el hecho. Su pelota se fue apenas desviada. Seguramente, no volverá a pasar.

Pachu. 7. Venía pensando la mejor manera de graficar a este jugador: imagine, lector, una granada sin seguro deambulando por el campo de juego, que en cualquier momento explota y es decisivo. Eso mostró el Pibe Diaz en el primer partido de la temporada. Un jugador letal, que abre defensas con la facilidad que mi abrelatas abre una lata de Paté. Se movió por todo el frente de ataque, de manera insistente, preocupando a la defensa contraria y sirviendo de soporte a sus compañeros de ataque. Desborda, exige, y si se desprende un segundo antes de la pelota será letal.

Emi. 7. Si graficamos a Pachu como una granada, podemos comprar al Emi con un tractor agropecuario, de esos que no lo frenan ni el hambre, ni el frío, y mucho menos, el miedo. Hizo lo que todos le pedimos: encaró, insistió, fue desnivelante, por adentro y por afuera, armando lindas sociedades con el resto de sus compañeros. Tuvo algunas chances, en donde su último disparo no fue certero, pero tiene unas ganas y un compromiso por el equipo que reconforta.

Kiko. 6. Perteneciente al Jet Set Internacional, buscó alejarse de la fama y los rumores con unas pequeñas vacaciones en su chalet en Montecarlo. Es sabido que su autoestima es de lo más elevada que hay hoy en plaza, pero es necesario admitirlo: hoy Santiago le es importante al equipo, como él siempre lo ha creído. Su movilidad es incansable: pica, se retraza, juega de primera y ahora le ha sumado gol. Pueden que muchos detractores digan que metió el gol abajo del arco, es cierto, pero sepan que si él no estaba ahí, no era gol. En el segundo tiempo se desquitó con un centro precioso a Emi, mostrando parte de su calidad.

Jimmy. 6. Primeramente, quisiera ponerme un poco coqueto y destacar su bronceado actual: a pesar de que el verano ya se ha terminado, a este muchacho se lo ve cada vez más bronceado. Algunos dicen que es culpa del sol matutino, pero otros detractores lo señalan como uno de los que deambula en ocasiones repetidas los establecimientos de bronceado artificial. A pesar de este detalle menor, en su nueva posición como lateral, se muestra cada vez más afianzado: es duro en la marca, veloz para cerrar y criterioso para pasar al ataque.
Eber. 6. El Pony de Areco entró para refrescar la imagen de una ofensiva rojinegra que ya se había quedado sin aire. En lo que estuvo en cancha demostró su velocidad picante para desnivelar a cualquier rival que se le ponga delante. Tuvo algunos desbordes importantes, como uno al final del partido, en donde le sirvió un buen centro a Emiliano, pero que no pudo traducirse en gol.

Abuelo. 6. Es hora de aceptar que El Abuelo no está en su mejor momento. Pero yo no me olvido de sus tres goles, y de los pedidos para que nos represente a nivel internacional. Un jugador de selección no puede haberse olvidado de jugar a la pelota. Es cierto que todavía no le tomó la mano al sistema de los 3 delanteros, a veces se retraza mucho y queda lejos de la jugada, pero muestra una destacada velocidad, la cual seguramente lo ayudará a recuperar su mejor versión, y ser desnivelante para el equipo.

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